Angel Cappa, el entrenador de Racing, aseguró que fue ratificado por Marín y dijo: "No compito con Merlo, sino conmigo mismo"
Angel Cappa está molesto, no con alguien en especial, sino con la incómoda situación por la que atraviesa y de la cual no logra liberarse. En su día de -supuesto- descanso, tras el duro golpe que significó la derrota frente a Banfield por 2 a 1, el técnico de Racing atendió la llamada de LA NACION, aún dolorido, luego de poner a disposición de los dirigentes su renuncia. Muchos aventuran que si el próximo viernes, frente a Lanús, en Avellaneda, la Academia no obtiene un resultado favorable, Cappa se alejaría del club.
El DT, por el momento, no quiere apresurarse a tomar una decisión drástica. "Acá estoy... Yo soy un luchador desde pibe y no quiero aflojar ahora -afirmó-. Pasa que el clima histérico se me está haciendo insoportable. Me siento golpeado. ¿Si hablé con Fernando Marín (el presidente de Blanquiceleste SA)? Sí, sí, brevemente... Y como desde el primer día de este proyecto, él me brindó todo su apoyo y tranquilidad. Pero no quiero ser un contratiempo para el equipo, no quiero quedarme sólo por caprichoso."
Por aquellos fríos días de julio último, cuando comenzó su segundo ciclo en Racing, Cappa prefirió no darle demasiada importancia al "mínimo crédito" con el que contaba por su labor en 1998. Ahora, a las distancia, recuerda ese pensamiento: "En los hinchas en general noto cierta irrespetuosidad ante los protagonistas. Creo que algunos periodistas ayudan a explotar esa histeria. Basta con sólo observar lo que pasa con Pellegrini (en River), que en el último torneo fue campeón. O en Bahía Blanca... Nací allí y conozco a todos. °Cómo puede ser que insulten a Trossero! La gente debe estar agradecida porque Olimpo esté en primera. Existe una alimentación de la ira que es incomprensible. En Racing sucede algo complejo: están esos 20 mamarrachos que se ubican detrás mío y van a la cancha sólo a ver al equipo perder y después está esa maravillosa hinchada que apoya en las buenas y en las malas".
Pese a que Cappa permanentemente desea despojarse de la figura de Reinaldo Merlo, los hinchas académicos lo reclaman en cada paso en falso. "Esa mochila me es indiferente... Deben entender que yo no compito con Merlo, sino conmigo mismo. Entiendo que la gente lo pida, pero mi compromiso en este momento es mayor. Mi intención es seguir y ser campeón con Racing, como desearía cualquier entrenador en mi lugar".
Los rendimientos derrumbados de algunos futbolistas desconciertan al DT, que sí le encuentra una explicación al bajísimo nivel de Gastón Casas: "Es producto de su inactividad, sólo eso. El jugador está bien físicamente. Hacía mucho que no jugaba tres partidos seguidos y necesita lograr una lógica confianza. Su realidad y el mal momento del equipo son incompatibles. Hay que esperarlo, aunque sé que es difícil".
En cuanto a la exclusión de Maximiliano Estévez de los concentrados para el cotejo con Banfield, Cappa se limitó a explicar: "Cuando llegué al club, él tenía un conflicto contractual con la empresa; estaba casi descartado. Pero yo pedí una tregua, le di la prioridad y no rindió. Busco otras soluciones, nada más..."
Diario La Nación - 7 de octubre de 2003
Angel Cappa está molesto, no con alguien en especial, sino con la incómoda situación por la que atraviesa y de la cual no logra liberarse. En su día de -supuesto- descanso, tras el duro golpe que significó la derrota frente a Banfield por 2 a 1, el técnico de Racing atendió la llamada de LA NACION, aún dolorido, luego de poner a disposición de los dirigentes su renuncia. Muchos aventuran que si el próximo viernes, frente a Lanús, en Avellaneda, la Academia no obtiene un resultado favorable, Cappa se alejaría del club.
El DT, por el momento, no quiere apresurarse a tomar una decisión drástica. "Acá estoy... Yo soy un luchador desde pibe y no quiero aflojar ahora -afirmó-. Pasa que el clima histérico se me está haciendo insoportable. Me siento golpeado. ¿Si hablé con Fernando Marín (el presidente de Blanquiceleste SA)? Sí, sí, brevemente... Y como desde el primer día de este proyecto, él me brindó todo su apoyo y tranquilidad. Pero no quiero ser un contratiempo para el equipo, no quiero quedarme sólo por caprichoso."
Por aquellos fríos días de julio último, cuando comenzó su segundo ciclo en Racing, Cappa prefirió no darle demasiada importancia al "mínimo crédito" con el que contaba por su labor en 1998. Ahora, a las distancia, recuerda ese pensamiento: "En los hinchas en general noto cierta irrespetuosidad ante los protagonistas. Creo que algunos periodistas ayudan a explotar esa histeria. Basta con sólo observar lo que pasa con Pellegrini (en River), que en el último torneo fue campeón. O en Bahía Blanca... Nací allí y conozco a todos. °Cómo puede ser que insulten a Trossero! La gente debe estar agradecida porque Olimpo esté en primera. Existe una alimentación de la ira que es incomprensible. En Racing sucede algo complejo: están esos 20 mamarrachos que se ubican detrás mío y van a la cancha sólo a ver al equipo perder y después está esa maravillosa hinchada que apoya en las buenas y en las malas".
Pese a que Cappa permanentemente desea despojarse de la figura de Reinaldo Merlo, los hinchas académicos lo reclaman en cada paso en falso. "Esa mochila me es indiferente... Deben entender que yo no compito con Merlo, sino conmigo mismo. Entiendo que la gente lo pida, pero mi compromiso en este momento es mayor. Mi intención es seguir y ser campeón con Racing, como desearía cualquier entrenador en mi lugar".
Los rendimientos derrumbados de algunos futbolistas desconciertan al DT, que sí le encuentra una explicación al bajísimo nivel de Gastón Casas: "Es producto de su inactividad, sólo eso. El jugador está bien físicamente. Hacía mucho que no jugaba tres partidos seguidos y necesita lograr una lógica confianza. Su realidad y el mal momento del equipo son incompatibles. Hay que esperarlo, aunque sé que es difícil".
En cuanto a la exclusión de Maximiliano Estévez de los concentrados para el cotejo con Banfield, Cappa se limitó a explicar: "Cuando llegué al club, él tenía un conflicto contractual con la empresa; estaba casi descartado. Pero yo pedí una tregua, le di la prioridad y no rindió. Busco otras soluciones, nada más..."
Diario La Nación - 7 de octubre de 2003
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