Sunday, December 17, 2006

"Cada vez estoy más convencido del fútbol que defiendo"


El DT que desde hoy conducirá a Racing mantiene sus ideas, pero sorprende: "Que los equipos se arman de atrás para adelante es una verdad grande como una casa", dice

Una primera mirada indica que pocas cosas han cambiado en Angel Cappa desde la última vez que se inmiscuyó en el fútbol argentino. La actitud comedida pero reservada y el trato amable que guarda distancia no se alteraron. El diálogo hará notar que los cinco años transcurridos desde entonces dejaron huellas en la forma de transmitir sus ideas: se lo nota más firme, más aplomado. Sus convicciones son las mismas, pero al desprevenido tal vez lo sorprendan algunos de sus conceptos.

A casi dos meses de su regreso a la Argentina para reencontrarse con Racing, con el que hoy retomará el contacto, el técnico bahiense de 56 años está en el dulce tiempo de los preparativos. "Estuve buscando conocer el plantel en profundidad y metiéndome de lleno en el fútbol argentino. Lo más importante es reconstruir el plantel", dice a LA NACION, y da pie para entrar de lleno en la realidad racinguista.

- ¿Puede ser que se vayan otros?

- Ahora todo es aparentemente. Hasta ahora se fueron Bastía, Campagnuolo y Arano; lo demás es posible, pero no concreto. Entonces, era difícil saber bien qué necesitamos. Lo peor es la incertidumbre.

- Los nombres para irse son Rueda, Milito, Estévez...

- Yo confío en que Milito se quede, igual que Mariano (González). Mariano me dijo que no le disgustaría quedarse. En cuanto a Estévez, sé que quiere irse.

- Después de haber visto a Racing en los últimos partidos del Clausura, ¿está más preocupado?

- No, no. Hay muchas circunstancias que se dan para que el equipo haya bajado el rendimiento. Y sobre todo, son anímicas.

- ¿Le pone un límite al número de jugadores que podrían irse?

- No... Yo trabajo en una empresa que tiene necesidades económicas. Y a esas necesidades hay que congeniarlas con las deportivas.

- Blanquiceleste quiere técnicos con perfil gerencial; ¿eso no choca con su idea del poder de decisión que debe tener un DT?

- No. Yo chocaría en una empresa como muchas de las que hay en España, donde el técnico no existe. En Blanquiceleste el responsable deportivo es constantemente consultado. Lo que no puede existir es lo de antes: el técnico que dice quiero a tal y a tal, y si no, me voy. Eso también era un abuso. No se trata de ver quién es más macho.

- ¿Se siente más obligado a conseguir un título que en el 98?

- De parte de quienes me trajeron, no. Desde lo que significa Racing, siempre está la necesidad de estar peleando. No digo de conseguirlo, pero sí de pelear los primeros puestos. Pero un DT siempre está bajo exigencia. En primer lugar, la propia.

- Sí, pero hay quienes se conforman con una buena campaña.

- Uno no está obligado a ser campeón, porque eso no se sabe. Sí existe la obligación de pelear arriba. Dependerá del plantel con el que voy a contar, pero la camiseta es así. Un grande no puede asumir un campeonato con resignación.

- ¿Es exigente la hinchada de Racing?

- Como las de todos los grandes. Lo que no tiene es la obsesión que tenía hasta que salió campeón. Y eso es una tranquilidad que todos los técnicos que venimos detrás de Merlo tenemos que agradecer.

- ... Pero también convivir con su fantasma, como Ardiles.

- No me afecta. No me interesa. Si el equipo juega bien y pelea donde tiene que pelear, eso no va a existir.

- ¿En qué cambió usted desde 1998 para acá?

- Creo que incorporé cosas.

- ¿Cuáles, por ejemplo?

- Son imperceptibles. Cada vez estoy más convencido del fútbol que defiendo. Lamentablemente hay que romper tópicos que no puedo romper. El achique, por ejemplo: la gente cree que sólo hay que salir corriendo para adelante. A veces no hay buenas intenciones cuando se lo analiza. En el Racing en que estuve sólo nos hicieron un gol por esa razón.

- Igual, ¿no es un sistema que obliga al arquero a salvar demasiado al equipo?

- Pero el arquero tiene que salvar con cualquier sistema. Es para explicarlo; no es algo sencillo.

- Algunos dicen: me gusta su propuesta ofensiva, pero me preocupa que atrás se descuide.

- No lo veo así. No hay equipo que aspire a ser campeón que tenga una mala defensa. Que los equipos se arman de atrás para adelante es una verdad grande como una casa.

- Dicho por usted suena raro...

- Para mí siempre fue así. Otra cosa es si tengo a Ramos Delgado o a mi primo. Yo privilegio del medio hacia adelante, lo cual no significa que descuide las otras zonas.

- Algo que se recuerda de usted son sus reacciones temperamentales durante los partidos.

- Es una de las cosas que incorporé. Era un error muy serio, un cuestionamiento a los árbitros casi sistemático, sin sentido. Una estupidez que he corregido.

Diario La Nación - 14 de julio de 2003

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