Wednesday, May 28, 2008

¿Es Cristiano el mejor?

La naturaleza le dio a Cristiano Ronaldo todas las virtudes que se necesitan para ser uno de los mejores futbolistas del mundo.

Es rápido, maneja los dos perfiles con naturalidad, lleva la pelota con las dos piernas indistintamente, le pega, y bien, con las dos, cabecea muy bien, es fuerte, tiene cambio de ritmo, dispone de un amplio repertorio de amagues y gambetas y, por si fuera poco, llega al gol con facilidad.

¿Qué más se puede pedir? Hay una canción de Serrat en la que le canta a una mujer y le dice, más o menos, que le gusta su boca, le gustan sus piernas, su cuerpo, su sonrisa, pero no le gusta ella.

Bueno, con Cristiano Ronaldo pasa algo de lo mismo. Un periodista me preguntó días pasados qué opinaba del crack portugués, porque al parecer el Real Madrid tiene intención de incorporarlo. Creo que es un gran jugador --respondí-- pero a mí no me gustaría ser Rooney (su compañero en ManU), porque Rooney se pasa el partido mostrándose, apareciendo en un sitio y otro listo para recibir solo y definir, pero acaba el partido aburrido y sin la pelota, que acaparó Cristiano ignorándolo por completo.

Diría para sintetizar que el portugués, como muchos otros buenos jugadores del momento, juega al revés: primero para él y después, si no puede individualmente, busca un socio. Ese mismo virus de egoísmo y soledad afecta a Ronaldinho, Kaká y muchas veces a Messi también. Los cracks de otros tiempos tenían mayor conocimiento del juego, por eso Di Stéfano, Pelé, Cruyff, Platini, Zidane, Zico, Maradona, entre otros, dominaban los conceptos básicos para saber cuándo tocar, cuándo gambetear, cuándo y desde dónde atacar, cuándo frenar, etc... En otras palabras, tenían más talento que los solistas destacados del fútbol de hoy.

Yo entiendo por talento saber elegir, y jugar bien depende en gran medida de esa cualidad. El fútbol es inspiración y conocimiento. Entonces digamos que la inspiración de Cristiano Ronaldo es muy superior a su conocimiento del juego.

Lo bueno para él es que es muy joven y puede aprender, y lo malo es que se instaló en las alturas de la fama, donde es más fácil ver las cámaras y los flashes que a sus compañeros. Si consigue aterrizar algún día y tener la suficiente humildad e inteligencia como para integrarse en un equipo, entonces sí será completo y estaremos en presencia de un crack.

Ángel Cappa para El Comercio (Perú) - 26 de mayo de 2008

Saturday, May 24, 2008

¿Es un crack Cristiano Ronaldo?

Si hablamos de las condiciones técnicas y físicas que le dió la naturaleza, tenemos que admitir que Cristiano Ronaldo las acaparó todas: es rápido y sabe frenar, tiene los dos perfiles, lleva la pelota con ambas piernas indistintamente, le pega muy bien con las dos, cabecea impecablemente, y gambetea en velocidad con un amplio repertorio de amagues y piruetas capaz de desconcertar al mejor defensor, y encuentra el gol desde diferentes ángulos y posiciones. Con la mitad de todas estas cualidades, cualquier jugador ocuparía los primeros planos del fútbol mundial. Si nos detenemos aquí, además, tendríamos que darle todos los premios juntos que se otorgan a los mejores del mundo cada año. Pero ocurre que el fútbol es un juego colectivo y es en ese aspecto donde podemos encontrar algún reparo para tan formidable jugador.

Cuentan que una vez Adolfo Pedernera le dijo a Alfredo Di Stéfano, cuando jugaban juntos en Colombia, que no picara en todas las jugadas, porque de ese modo él haría 25 goles pero los demás compañeros no podían acompañarlo. "Baja un poco", dicen que dijo Perdernera, "y tocando, llegaremos todos juntos. Tú harás 15 goles en lugar de 25, pero yo agregaré 10 y fulano otros 10 y mengano tambien aportará más goles, y así el equipo hará más goles en total". No sé si la anécdota fué tal cual me la contaron, pero encierra una verdad incuestionable del fútbol: primero está el equipo y después las individualidades. Di Stéfano incorporó ese concepto y se hizo jugador de toda la cancha, sin perder sus virtudes goleadoras.



Actualmente el fútbol, donde hay que incluir al muy influyente entorno, tiende a separar, aislar a sus grandes jugadores. Ronaldinho es un exquisito solista, Messi también, Kaká otro tanto y Cristiano Ronaldo posiblemente el más brillante de todos. Todos tienen una particularidad común, juegan al revés: primero para ellos y después para el equipo. Cuando un periodista me preguntó recientemente qué me parecía Cristiano Ronaldo, le dije que para mí era un grandìsimo jugador, pero que yo no quisiera ser Rooney. Porque Rooney se le muestra una y otra vez, aparece sólo para definir una y otra vez, pero termina aburrido y sin la pelota que acapara Cristiano Ronaldo para hacer la penúltima pirueta que, todo hay que decirlo, con mucha frecuencia termina en la red, ya que su habilidad y potencia son poco menos que incomparables.

Si hablamos de los cracks de otras épocas comprobaremos que tanto Di Stéfano, como Cruyff, Platini, Pelé, Zidane, Zico, Schuster, y el mismo Maradona, eran parte de un colectivo. Apelaban a la sencillez para resolver las jugadas y sólo utilizaban los demás recursos: habilidad, gambeta, disparo... para llegar a los lugares donde no alcanza lo correcto, y sabían utilizar las distintas zonas del campo: dónde tocar, dónde gambetear, dónde encarar, dónde exponer las habilidades innatas.

Cristiano Ronaldo muchas veces 'gasta' una bicicleta llena de pedales, en zonas donde lo mejor es un simple toque. Y otras muchas se enreda en una gambeta inútil, cuando tiene un compañero solo en la boca del gol. Uno siempre tiene la impresión de que es un jugador aparte del equipo. Que el Manchester juega con diez y con Ronaldo. Asi y todo es tan fabuloso su repertorio de solista inspirado, que le alcanza y sobra para ganar partidos. Pero a mí me parece que sería mucho mejor jugador si invirtiera los términos y primero jugara para su equipo, y en los momentos precisos dejara brotar toda su inspiración, que de todos modos, siempre tiene que estar al servicio del equipo. Si el fútbol es inspiración y conocimientos, digamos que los conocimientos futbolísticos de Ronaldo están muy lejos de su extraordinaria inspiración. Tiene una gran ventaja: es joven y puede aprender. Y una gran desventaja, su carácter de estrella mundial lo impulsa permanentemente a jugar más para las cámaras de televisión y los flashes de los fotógrafos, que para su equipo. No es fácil vivir en las alturas conversando con las nubes. Y mucho más difícil aterrizar para integrarse a sus compañeros.

Ángel Cappa para Marca (España) - 23 de mayo de 2008

La tristeza de la pelota II

Lo dan todo. Con una entrega tan generosa que es imposible no conmoverse. Dejan de lo que tienen en cada pelota dividida, en cada salto, en cada carrera. El esfuerzo es máximo. Juegan con un espejo enfrente donde ven su propia imagen con otra camiseta. Hasta ahí estamos en presencia de un espectáculo vibrante. Tan vibrante como plano. Se enfrentan Liverpool y Chelsea. El talento es un intruso que se cuela de vez en cuando en alguna jugada individual, o en alguna asociación aislada. Mucha lucha en el medio de la cancha, pierna fuerte, carácter firme. Intentan ganar un mínimo espacio para meter un pelotazo largo a Drogba o Torres, y a buscar el rebote. Y lo buscan en serio. Llegan y también lo disputan en serio. Nadie mira ni se acomoda. Todos corren y mucho. Tal vez por eso no tienen tiempo de jugar. Es que a tanta velocidad, con tanto vigor, es dificilísimo tener precisión. A veces lo logran y sale una jugada electrizante.

Hay que admitir que aguantarlos, para los rivales, es dificil porque lo que hacen lo hacen con absoluta decisión y convicción. También viven del error. Si sorprenden al adversario mal parado, si alguien resbala, o falla en un despeje, salen en contragolpe a velocidad de vértigo. Y llegan con muchos jugadores. Son contragolpes fulminantes. Si estàs tomando un café, por ejemplo, y desviaste la vista para un sorbo, te lo pierdes seguro.

Así son el Liverpool y el Chelsea y así jugaron esta semifinal. Abonados a la intensidad, alejados del buen fùtbol, del toque, de la elaboraciòn, de las paredes, de las gambetas, de la creación. La pelota va y viene sin pausas. El gol suele resultar o de una jugada individual, o de la fortuna que también juega.

El resultado final tiene mucho de casualidad. Aunque es cierto también que dentro de esta tónica, el Chelsea fue mejor. Tuvo más iniciativa y yo creo que mereció el triunfo. Ahora enfrentará al Manchester United que hasta estos últimos partidos de la Copa de Europa, tenía una filosofìa diferente. Ahora también tengo dudas, pero seguro que será una final para no perdersela. Simplificando, dirìamos que será algo asì como el músculo frente al talento.

Ángel Cappa para Marca (España) - 1° de mayo de 2008

Wednesday, May 21, 2008

Saltan las alertas

El jovencísimo jugador del Barcelona Bojan Krkic, de 17 años, renunció a la convocatoria de la selección española para el torneo europeo de naciones. Dijo que está agotado y necesita reponerse. También, que desde hace dos años no para de jugar en su club y en las selecciones menores de España, incluidos un mundial y dos torneos europeos de su categoría. Lo primero que a uno se le ocurre es pensar: ¿Cómo es posible que un chico de apenas 17 años confiese agotamiento mental y físico por la sucesión de partidos? Para evitar suspicacias --cosa que no pudo de todos modos-- dijo que siempre estará a disposición de su seleccionado cuando lo necesiten.

Llama la atención de qué manera tan rápida y fulminante el sistema comercial del fútbol devora a sus mejores exponentes. Bojan es una de las promesas de más talento del fútbol español. No complica lo sencillo por lucimiento personal, como ocurre con otras estrellas del firmamento mundial --Cristiano Ronaldo, por ejemplo--, entiende el juego y es goleador. El criterio comercial que se impone en casi todas las actividades de nuestra sociedad --y también en el fútbol-- hace que nunca se repare en los daños colaterales, y en este caso en un jugador al que no le respetan el tiempo de maduración.

En una reciente conversación que tuve con Johan Cruyff para el diario "Marca", surgió el nombre de Gago, que apenas con 20 años llegó al Madrid y a los cuatro entrenamientos lo hicieron debutar, en la temporada anterior, para disimular los malos resultados y el mal juego de entonces, con la mentira de un "proyecto joven de futuro" que jamás existió.

Por suerte, los padres de Bojan y el mismo jugador se defendieron de la trituradora que es el entorno del fútbol, y se concedieron unas imprescindibles vacaciones para un chico abrumado con tensiones y obligaciones impropias de su edad.

No se trata de renegar del negocio del fútbol, sino de impedir que sea ese criterio el que se imponga. El dinero debe acompañar al deporte, si es profesional, pero los valores y decisiones deben ser deportivos en primer lugar. De ese modo, inclusive estaríamos defendiendo el negocio, mejorando el nivel del juego. Con este gesto de Bojan, ¿entenderán de qué se trata? Me permito sospechar que no.

Ángel Cappa para El Comercio (Perú) - 19 de mayo de 2008

La última caída de los dioses

La temporada pasada se anunció y en esta el edificio futbolístico del Barcelona se derrumbó estrepitosamente. La goleada que recibió en el Bernabéu por parte de su más íntimo enemigo lo dejó patas para arriba en un callejón sin salida. Y como ocurre en estos casos, la salida la encontraron despidiendo al entrenador.

De todos modos hay que decir también que después de cinco años dirigiendo un equipo de fútbol profesional, tal cual están las cosas, es difícil que alguien no sufra el desgaste de las relaciones que se produce. No es sencillo mantener el equilibrio entre la amistad y la autoridad, entre el compromiso y el egoísmo, sobre todo después de ganar reiteradamente. Hubo jugadores de este Barcelona que se quedaron conversando con las nubes en las alturas del éxito y comenzaron a deteriorar la unión y la fuerza del grupo.

También hubo abandono de los valores futbolísticos que hicieron de este equipo uno de los dos o tres que mejor jugaban en el mundo. Habían logrado la participación colectiva permanente para tener la pelota y para recuperarla y terminaban las jugadas con contundencia y fantasía. Poco a poco los delanteros dejaron de colaborar en la recuperación, los de atrás se refugiaron junto a su arquero y los del medio no daban abasto para subir y bajar sin ayudas. En definitiva se rompió el criterio colectivo.

Solo quedaba la inspiración individual que apenas sirvió para disimular los defectos serios de funcionamiento. Entonces sobrevino lo de siempre: la desbandada. Los jugadores más determinantes se borraron del esfuerzo colectivo, otros miraban para arriba desentendiéndose del grupo, y los menos hacían lo que podían pero resultaba insuficiente. El entrenador confió en la amistad que siempre brindó para volver al compromiso. Se quedó solo. Para colmo empezaron a decir de boca para afuera lo que los hinchas y los medios querían escuchar: hay que trabajar, hay que luchar, hay que sufrir, hay que ser prácticos. La cosa, indudablemente, iba por otro lado. Había que recuperar el toque, el placer de jugar, el buen fútbol y dirigir el esfuerzo hacia esos valores que eran los suyos.

El fin de un ciclo siempre es el comienzo de otro y el Barcelona tiene con qué: jugadores de gran nivel y un entrenador nuevo, Guardiola, con inteligencia, personalidad, gusto por el juego, inquietudes, y el estilo del club como bandera irrenunciable. Volverán, sin duda. El fútbol los está esperando.

Ángel Cappa para El Comercio (Perú) - 12 de mayo de 2008

Jóvenes o viejos

Cuando a uno le parece que la estupidez llegó a su límite y que es imposible darle otra vuelta de rosca, los dirigentes del fútbol demuestran que nada es imposible. Ahora está de moda en España llamar a entrenadores jóvenes sin experiencia para dirigir a equipos profesionales. No tendría nada de malo. Pero tampoco de bueno. En otros tiempos la moda era la experiencia. Nadie quería a un técnico que no fuera experimentado. Hubo una época, inclusive, en que los italianos eran los preferidos. Ustedes preguntarán ¿qué italiano?, ¿quién?, lógicamente.

Bien, para los señores que dirigen los clubes de una de las ligas más importantes del mundo, eran preguntas inútiles. La respuesta era: "Cualquiera, pero italiano". Y el razonamiento, si así se le puede llamar, era que los italianos --así en plural-- hacían rendir a sus equipos. Bueno ahora el tema es "los jóvenes", también en plural. ¿Por qué? Porque tienen entusiasmo, energía y métodos nuevos, dicen.

Hagan el favor de no preguntar qué métodos porque no sabrían qué contestarles, ya que evidentemente no tienen ni idea de métodos ni de lo que dicen. ¿Se imaginan un entrenador que sea un negado y encima entusiasmado y enérgico? Es que los dirigentes --miren que los conozco de muchos países y en equipos de distinto calibre-- parecen cortados por la misma tijera, como decía mi abuela.

Ser joven, tener experiencia o haber nacido en un país determinado, no explica nada ni justifica nada. Se puede ser joven y muy mal entrenador, tener experiencia y no saber nada, haber nacido en tal o cual país y ser un pésimo entrenador. Pero las cosas en este mundo futbolístico son así de ridículas y más vale no tomárselas muy en serio. El 'Gitano' Juárez, inspirador del menotismo, viendo a Menotti muy preocupado en sus comienzos, le preguntó: "Ahhhh.. ¿pero vos te tomás esto en serio?". "Claro --respondió Menotti--, ¿cómo si no?". "Noooo, mi viejo, esto es joda, ya verás cuando conozcas mejor a los dirigentes...". Un profeta el 'Gitano'.

Ángel Cappa para El Comercio (Perú) - 5 de mayo de 2008

Sunday, May 4, 2008

El Madrid de un estilo a otro

El Real Madrid (casi) campeón demuestra una verdad que la urgencia del entorno futbolístico (medios de comunicación, empresas patrocinadoras, televisión, empresarios, dirigentes, etc.) ha ido desplazando hasta convertirla en un deseo gracioso: hacer un equipo lleva tiempo. No menos de un año.

Venía el Madrid de un estilo --el de Capello-- que no repara en la construcción de la jugada porque no le interesa. Basa su estructura en el esfuerzo defensivo y la mentalidad emprendedora, pero no en el buen juego. Naturalmente, proyectos de esa naturaleza necesitan el oxígeno de jugadores excepcionales porque serán ellos quienes tendrán la responsabilidad individual de ganar los partidos. Siempre son los jugadores, es verdad, pero la diferencia está en su aporte dentro de un criterio colectivo, o su aventura en solitario más próxima al heroísmo que al juego.

De esa manera de jugar el Madrid, que cesó a Capello, a pesar de haber logrado el campeonato, por no coincidir su forma plana de entender el juego con el paladar madridista, pasó a Schuster con la esperanza de que el equipo jugara un poco mejor aunque sea. Y como el fútbol no es teórico, para ese fin el nuevo entrenador tuvo que ir ensayando, viendo en los mismos partidos las opciones que tenía. Entonces fue descubriendo detalles que resultan fundamentales. Por ejemplo, que Gago juega mejor como único volante central, que Higuaín es delantero y no volante, que Guti es el mejor centrocampista creativo que tiene el Madrid, impecable en el último pase; y que Raúl es delantero, goleador, habitante del área, aunque esto último no es demasiado difícil de advertir en razón de sus antecedentes. Todo el mundo lo sabía, aunque Capello diera muestras de lo contrario haciéndolo jugar toda la temporada pasada de volante. Y no solo él cometió ese error (Raúl hizo 3 goles esa temporada), sino los demás entrenadores que durante tres años lo alejaron del lugar donde más rindió y sigue rindiendo.

Todas estas cuestiones se fueron puliendo y acomodando en los partidos, hasta llegar al final de la Liga Española con el equipo definido. No fue otra cosa que la lógica del fútbol puesta de manifiesto una vez más. Claro que los equipos tipo Capello en realidad no necesitan ese tiempo. Desde el primer día juegan igual que si uno los ve cinco años después. Los jugadores y los equipos crecen desde la libertad para jugar, para crear. Nadie crece en las limitaciones tácticas, en las prohibiciones. O atacando con pelotazos largos ('palla lunga') y mucha lucha para disputar los rebotes.

El Madrid es (o volverá) nuevamente campeón, pero además este año ganó algo sumamente importante para el futuro: reanudó un estilo de acuerdo con su prestigio.

Ángel Cappa para El Comercio (Perú) - 28 de abril de 2008