Monday, June 22, 2009

Fútbol de campeón

Tócala de nuevo, Huracán.

El pressing de Passarella en su estreno en River. El invencible Boca de Bianchi. El fútbol casi total del River de Ramón Díaz 96-97. La revolución Bielsa en Vélez. La notable ingeniería de Pellegrini en San Lorenzo. El ágil Independiente de Gallego. El paso a paso de Mostaza en Racing. El orden de los factores no altera el producto. Mucho menos las ideas y los estilos. Por eso, el fútbol argentino tiene la obligación de darle la bienvenida a este Huracán de Cappa porque ya dejó una marca.

A los fantasmas que dan vueltas por las cabezas de los hinchas de Huracán, estos jugadores los evaden con sus toques. A partir de la sencilla misión de darle la pelota a un compañero se edifica este equipo. Y el emblema es Mario Bolatti, el Marangoni en tiempos de Facebook. A Arsenal le sacó la pelota y lo sacó de sus casillas y organigrama, y Pellerano fue la máxima evidencia: de héroe contra Lanús a villano por dos patadones en 24 minutos.

El ángel de Cappa se advierte en cada movimiento. La salida desde el fondo busca ser clara, la transición defensa-ataque puede durar un cambio de frente ó 20 pases, la última tentación es la aparición de un espacio y el pase a la red (gol de Toranzo) define una identidad. Pero atención que lo lírico no quita lo estratégico: apenas expulsado Pellerano, ordenó un 4-2-3-1 con Toranzo de 8-7 que volvió al esquema original apenas Bolatti le puso su sabia cabeza al 1-0.

De esta manera hay muchos jugadores que pasaron de olvidados a ovacionados. Araujo y Arano se visten de laterales brasileños y no quedan en ridículo. Goltz y Domínguez garantizan cierta seguridad y los tienen que apurar demasiado para revolear una salida. Leandro Díaz y Toranzo son dos pistones que marcan (más el primero) y juegan (más el segundo) como satélites del enorme Bolatti. El Maestrico González entra frío y juega. Pastore le pone chiche a todo, no se esconde nunca y gambetea hasta sin tocar la pelota. Defederico es un demonio en el mano a mano. Los dos fantasistas son un placer para la Play, pero liquidaron el partido cuando jugaron al fútbol.

El único rehén de tanto juego es Federico Nieto. Marca pases, mete diagonales, se faja con los zagueros rivales y aguanta mucho de espaldas, pero falla tantas chances que queda como un despilfarrador en cadena. El otro rehén podría ser el arquero, aunque ayer Monzón no tuvo que atajar una sola.

Esta es otra virtud de Huracán. ¿Husmear la gloria sin un 9 brillante y sin un arquero ganapartidos? También, pero en este caso lo valioso es ganar como le ganó a Arsenal. Sin sufrir. Es obvio que un 1-0 hasta los 36 minutos del segundo tiempo no es para hacer la plancha, pero fue una goleada desde el monopolio de la pelota, la precisión en las entregas, el respeto a un mandato y la calma para afrontar un partido decisivo.

Si la historia terminara hoy, diría que a Huracán le queda una final, que menos de un torneo es poco tiempo para dejar huellas tan profundas y que aún no ganó ningún título. Esa misma historia debe decir que Huracán ayer ganó una final, que Cappa volvió al país y dejó una huella y que su equipo ya tiene un título: fútbol de campeón.

Fuente: Diario Olé

1 comment:

Gabriel Apreda said...

Angel: Ya no hay adjetivos, verbos ni sustantivos que alcancen.
Simplemente a modo de humilde homenaje te voy a cantar la misma canciòn que le cantaba a Cesar en el `73 cuando tenìa 9 años:

" Angelito che Maestro,
que dirige este balet
hoy la hinchada
te agradece
todo los que vos haces"

Gracias Angel por este equipo INOLVIDABLE
22 esperando tu vuelta valieron la pena.
Gabriel Apreda