Monday, June 22, 2009

El fútbol de Cappa es un Huracán

Cuando el 1° de noviembre de 2008 Ángel Cappa regresó a Argentina para dirigir a Huracán, ni él mismo podía imaginar que ocho meses después estaría liderando el Clausura a falta de una jornada para el final. "Voy con la ilusión intacta y trataré de ganar poco a poco el lugar que le corresponde a ese refugio del buen fútbol que es Huracán", comentó el técnico de Bahía Blanca antes de embarcarse en una aventura que sonaba precisamente a eso, a embarcada, y que, sin embargo, el 5 de julio puede acabar con un título si El Globo (38 puntos) gana o empata en la cancha de Vélez (37). Atrás se quedó Lanús (35).

"Estoy viviendo la mejor etapa de mi carrera como entrenador; me he encontrado con jugadores que sienten el fútbol como yo. Cada entrenamiento es un placer y cada partido, la promesa de una fiesta. Ningún jugador se quejó nunca de nada y eso que estamos en un club de condiciones económicas más que precarias, que cobramos cada vez que podemos y que, a pesar del esfuerzo de los dirigentes, no siempre disfrutamos de las mejores condiciones".

Cappa no puede ocultar su entusiasmo. Después de tantos años de incomprensión e indiferencia, de predicar el buen juego en un desierto dominado por el resultadismo, su regreso a Argentina ha tenido un efecto balsámico, tanto para él como para los quemeros. Poco importa que Huracán sea un club que arrastra deudas, embargos y todo tipo de dificultades que va resolviendo como buenamente puede.

Cuando Ángel fichó por Huracán a finales del Apertura, El Globo tenía una plantilla con 40 jugadores. "Tuve que hacer una reestructuración porque es imposible atenderles como se merecen". Para ello dio bajas y subió a varios jóvenes. "Entre ellos, Defederico y Pastore, los más conocidos, pero también Monzón, un portero de 21 años que juega como un veterano, y dos centrales, Filippetto y Cura, de 20 y 18 años. Contra River, jugaron los dos y ganamos 4-0 con una gran actuación de ambos. Entre titulares y suplentes en ese partido, había siete de las inferiores", cuenta Cappa.

En cuanto a su aportación técnica, Ángel nunca tuvo secretos: "El equipo incorporó cuatro conceptos elementales para empezar a crecer. La necesidad de la participación permanente de todos con y sin la pelota. La movilidad inteligente para que cada uno tenga dos o tres opciones de pase. Ocupar el ancho de la cancha en la elaboración para ser profundos. Y paciencia para tocar hasta encontrar la situación de gol..."

Si algo tiene claro Cappa, es que Huracán creyó en sus posibilidades y en el modo de entrenarse, "siempre con balón y acciones de juego, lo que contradice la manera dominante aquí, donde separa lo físico de lo futbolístico y utilizan pesas, chalecos lastrados, paracaídas, trineos... Esto al principio hizo que los jugadores, acostumbrados a un discurso de lucha, aceptaran mi método con algún recelo".

Estilo e identidad


Pese a estar a un punto de ganar el Clausura, Cappa sigue poniendo el énfasis en el estilo y el juego. "Mis jugadores se dieron cuenta de que el error forma parte del juego y que no tiene importancia si lo vuelven a intentar con el mismo entusiasmo. Se animaron a jugar y a disfrutar. Por eso estamos en las puertas de una final y la gente de Huracán y de otros equipos vive con alegría e ilusión un estilo que forma parte de la identidad del fútbol argentino. En España, ya saben por la selección y el Barça lo que es ganar jugando bien, la felicidad que produce".

La despedida de Ángel Cappa es tan coherente como el resto de su discurso: "Espero que por todos los amigos que disfrutan como yo de este momento podamos salir campeones. Pero, en realidad, ¿hace falta? No para el reconocimiento y la alegría que fuimos viviendo partido a partido. Aunque a nadie le amarga un dulce".

Fuente: Diario Público (España)

2 comments:

ploto said...

Tantas frustraciones que empezaba a flaquear y creer que las utop ... Leer másías se acabaron y que aquello que pregonamos los "líricos" efectivamente se había extinguido como los dinosaurios. Pero tenias que volver vos para demostrarme que es posible. Que cualquier tipo de poder junto con otros tantos fantasmas que solemos utilizar como pretextos no son nada y terminan rindiéndose ante el convencimiento de una idea.
Por eso, a once dias de terminar el campeonato, cuando estas ahí nomás de coronar una campaña de escasos seis meses repito: “ya está” Por qué finalmente estos muchachos me recordaron que lo importante son los argumentos con los que se llega al objetivo. Por eso me lamento al final de cada partido. Me aflijo por qué el espectáculo se acaba y debo esperar siete días para volver a disfrutar.
Gracias por todo Angel Cappa
Y no soy hincha de Huracan..

garnicamartin said...

Gracias al señor Cappa, por devolverle el sentido a mi amor por este deporte. Por ese amor al buen fútbol sea quien sea el que lo practique.
Porque el buen fútbol no es una cuestión de banderas, sino la razón esencial por la cual es el deporte más lindo del mundo.
Al ser su fútbol basado en virtudes y no en defectos, lo encuentro como el más útil al servicio de la victoria.
Muchas Gracias.