Thursday, December 13, 2007

Agüero de oro

El hábil e imprevisible delantero argentino acaba de recibir una distinción de parte de la revista italiana "Tuttosport". Fue declarado el 'Golden Boy' que es algo así como el mejor Sub 21 del mundo. Dejando de lado que no entienda por qué una publicación italiana otorgue un premio en inglés, no hace otra cosa que reflejar la admiración que provoca el 'Kun' en Europa.

A mí me parece que es una buena lección para todos los jugadores sudamericanos. Agüero no perdió ni un ápice de su manera de jugar. Sigue siendo el mismo que apareció en Independiente de Avellaneda. Ni siquiera la incomprensión de la mayoría, en sus inicios europeos, hizo que cambiara lo más mínimo.



En España el gusto generalizado se inclina por los delanteros altos, robustos, que se estacionan entre los centrales y piden la pelota por arriba para aguantarla o bien servir de referencia para la famosa 'segunda jugada'.

Por eso, en principio, los jugadores pequeños y escurridizos son puestos bajo sospecha. Mas todavía si juegan por inspiración; es decir, no son de participación permanente. A este tipo de jugadores hay que saber esperarlos y la paciencia no es una característica del fútbol de la inmediatez que vivimos.

Agüero tenia 17 años cuando llegó al Atlético de Madrid, pero a nadie le importó que estuviera en el inicio de un proceso de aprendizaje, interrumpido bruscamente por la ansiedad del negocio y la publicidad excesiva para justificar el gasto. Fue presentado como un crack consumado cuando apenas iniciaba el camino. La urgencia y el poco conocimiento del juego que predomina fueron severos con los primeros desaciertos del 'Kun'. Y sus críticos fueron los mismos que ahora se apresuran a señalarlo como el enésimo sucesor de Maradona.

Lo cierto es que además de su talento, Agüero tiene una gran personalidad y en poco tiempo descubrió cómo ganarse un espacio para recibir, fue imponiendo su clase, su gambeta corta, su capacidad para tirar o devolver paredes en centímetros, su oportunismo para el gol, su disparo preciso y hasta su viveza para ganar de cabeza pese a ser de baja estatura.

Algunos insisten en que el fútbol moderno es un fútbol predominantemente físico. Pero resulta que ni entre Agüero ni Messi, el otro motivo de asombro de la actualidad, llegan al metro ochenta.

Ángel Cappa para El Comercio (Perú) - 10 de diciembre de 2007

Wednesday, December 5, 2007

Cappa entre los candidatos para dirigir a Racing

Gustavo Costas, entrenador de Racing Club, no asistió este lunes al entrenamiento y pese a que todavía no lo ha comunicado públicamente, podría haber aceptado la oferta para dirigir a Olimpia. Entretanto, la práctica fue conducida por su ayudante de campo, Rubén Rivas, y por el preparador físico, Alexis Cortés.

Según lo que se le pudo entender al entrenador en los últimos días antes de la derrota ante Huracán, su alejamiento de la Academia se debió a la mala relación que sostiene con los referentes del plantel y la empresa gerenciadora, presidida por Fernando De Tomaso. Además de eso, también influyeron la deuda de cinco meses que el club tiene con él, la falta de respuestas de los jugadores en el terreno de juego y la imposibilidad de revertir la situación.

Así las cosas, el equipo será dirigido el próximo sábado por Miguel Micó en el partido ante Colón de Santa Fe, y existen grandes posibilidades de que sea el entrenador oficial para la próxima temporada.

Sin embargo, también se conoció que los dirigentes de Blanquiceleste, gerenciadora del club, se ha reunido con entrenadores como Ricardo La Volpe y Antonio Mohamed, para proponerles la dirección técnica del equipo. Además de esto, en Avellaneda también se mencionan nombres como los de Juan Ramón Carrasco, Rubén Paz, Osvaldo Ardiles y Angel Cappa como posibles sucesores de Costas.

Tuesday, December 4, 2007

Ni contigo ni sin ti

El fútbol vive actualmente una paradoja significativa. Hay jugadores que de ser la manija deseada por todos los equipos, pasaron a ser una molestia inconfesada. Hablo de los enganches, de los "10" antiguos. Aquellos de cuyo talento disfrutábamos todos, y especialmente los goleadores que siempre se encontraban con la pelota picando mano a mano con el arquero rival.

Hablo de Riquelme, Guti, Aimar, De La Peña y tantos otros no tan conocidos aunque del mismo modo desplazados por la moda del doble "5" o doble pivote como los llaman en España. Es decir, la presencia de dos volantes de contención. Hasta Zidane tuvo que jugar desde un costado por el atropello de la nueva táctica. Pero digámoslo sin eufemismos, no se trata de una nueva táctica sino del miedo táctico. Una de las características más notables y perjudiciales de este fútbol temeroso, es tratar de evitar los riesgos. Y jugar, naturalmente, implica arriesgar. Preparan a los jugadores para eludir el riesgo de jugar, cuando tendrían que hacerlo para que asuman ese riesgo con las mayores garantías. Evidentemente, nunca se pueden tener todas las garantías para lograr el triunfo. No hay recetas para ganar. Tampoco tienen asegurado el éxito quienes abruman a sus jugadores con innumerables prohibiciones: no hagas esto, cuidado con aquello, etcétera.

Lo único que garantiza este exceso de precaución es el aburrimiento. Claro que no se trata de no afrontar responsabilidades. Para divertirse, en el fútbol, hay que ser serio. Jugar bien es mucho más exigente que vivir de los pelotazos largos a ver qué pasa. La paradoja del fútbol consiste en que cuando los entrenadores del miedo tienen en sus equipos a esos talentos, no saben qué hacer con ellos. Son un problema. Pero si los tienen de rivales, no saben cómo hacer para marcarlos. También son un problema. Curioso ¿no?

Se han perdido en el recuerdo los "wines", los punteros. Otro tanto ocurrió con el tradicional volante central, el distribuidor del juego y ayudante de los centrales a la hora de defender. Y como consecuencia de eso, están desapareciendo los enganches, los "10" de antes. ¿El fútbol es un juego, o era un juego? Los dejo con esa pregunta.

Ángel Cappa para El Comercio (Perú) - 3 de diciembre de 2007

Sunday, November 25, 2007

Gorosito: "El principio de jugar bien no se negocia"

Fragmento de una entrevista realizada a Néstor Gorosito, director técnico, publicada por el Diario Clarín el día lunes 19 de mayo de 2003

"Hay dos formas de jugar: se juega bien o se juega mal", define. Y se ríe de lo que caracteriza como un mito del fútbol vernáculo. "Acá se cree que si querés jugar fútbol ofensivo tenés que tener un tatuaje del Che Guevara en el brazo, hacer asados, leer a Marx y no trabajar. Y no entienden que para jugar bien hay que trabajar mucho más. En relevos, en coberturas, en variantes, en tener mucho volumen de juego. Cuando formás un equipo ofensivo, el trabajo es mayor que cuando contraatacás".

A partir de la bandera que enarboló toda su vida, Néstor Raúl Gorosito profundiza en su identidad como entrenador. También en su manual, ése que emplea en este Chicago que prioriza el buen juego, la prolijidad, la pelota al pie y la búsqueda constante en ataque. Y con esas armas quiere ganarle al descenso.

- Pipo, ¿es posible evitar el descenso jugando bien?
- Claro que se puede mantener la categoría jugando bien; no tengas dudas. Y la satisfacción será doble, porque estoy convencido de que jugando de esta forma ni siquiera iremos a la Promoción. Yo entiendo que lo primero que quiere el hincha es zafar, pero nosotros preferimos hacerlo a partir de una idea de juego y de trabajo clara, definida, y no colgándonos del travesaño. No quiero ser soberbio ni pedante ni decir que tengo la verdad absoluta. Porque está claro que muchos técnicos salieron campeones con distintos sistemas, o que otros se salvaron del descenso con una concepción muy diferente a la mía. Nosotros, simplemente, siempre proponemos jugar, al margen de que a veces nos sale bien y a veces, mal. Es muy difícil que el que vaya a ver a Chicago salga defraudado.

- ¿Cuál es tu modelo como DT?
- Saqué cosas de Pedernera, de Pando, de Griguol, de Veira, de la simplicidad del Coco Basile, de Bilardo, de la capacidad de síntesis de Fernando Carvallo. Y un resumen de todo es Pellegrini. Manuel tiene un poquito de cada uno; planifica todo muy bien. Me gustan los tipos que te dejan algo, que te hacen pensar, que tiran una frase valiosa aunque no la compartas. Yo veo una nota de Menotti, de Valdano, de Cappa, y me la devoro.

Friday, November 16, 2007

Los ángeles de Fábregas

De las muchas discusiones caprichosas y vacías que genera el fútbol, la que más se repite históricamente es la que plantea la disyuntiva entre jugar bien o ganar. Y es inútil apelar a solidos argumentos o recurrir a datos irrefutables para demostrar que se trata de una cosa y la otra al mismo tiempo. No obstante de vez en cuando aparece algún equipo que junta la belleza con la eficacia y entonces los contendientes hacen una pausa. Unos embelesados admirando su juego, y otros rendidos ante la evidencia. En este momento es el Arsenal el que nos convoca a una fiesta de los sentidos y la razón cada vez que juega. Claro que la emoción de los que sostienen cosas como "fútbol directo", "equipo práctico", "hay que luchar", "hay que sufrir" etc, es menor o en todo caso contenida y sólo admiten la realidad porque los resultados acompañan.¿Qué les habrá pasado para que hayan perdido la capacidad de disfrutar de lo que supuestamente alguna vez les gustó?.

El Arsenal empieza por asumir el riesgo que significa jugar. El miedo a perder hace que casi todo el mundo apueste por lo seguro y trate de evitar el riesgo, y por lo tanto el juego. La preparación del futbolista tendría que estar dirigida a asumir ese riesgo con las mayores garantías posibles, y no a evitarlo con infinitas prohibiciones. En el Arsenal todo el mundo se anima a jugar y considera el error como una posibilidad, no como una tragedia. Los jugadores disfrutan y nos hacen disfrutar. Cuando el Arsenal sale a la cancha lo hace dispuesto a respetar todos los conceptos básicos de este juego. A ser fiel a sus fundamentos, a honrar de ese modo a tantos grandes jugadores y equipos que nos dejaron esta hermosa herencia.

Los ángeles de Fábregas tocan y se mueven, tiran paredes, se juntan para no regalar espacios y achican hacia adelante para recuperar antes, y aunque tienen el gol entre ceja y ceja no se apresuran, quizá porque les gusta mucho la pelota o tal vez porque esperan el momento oportuno con la paciencia de los que saben que las prisas en fútbol sólo sirven para chocar. Y el gol, cuando llega, se parece tanto a una obra de arte que hasta Picasso podría firmarlo. Arsene Wenger, el creador de esta orquesta, además de ganar hace algo muy importante por todos nosotros: "defender la alegría, defenderla de la ajada miseria y de los miserables", como dice Mario Benedetti.

Ángel Cappa para Marca - 15 de noviembre de 2007

Monday, November 12, 2007

Mercantilización del deporte

"Y el aburrimiento es el que gana en esos encuentros en los que el miedo a perder lleva a reducir riesgos, a desterrar la inspiración liberada de los esquemas preestablecidos por los entrenadores. En suma, a obedecer". Si a usted le parece que este comentario pertenece a muchos de los partidos de fútbol que vemos habitualmente, se equivoca. Corresponde al rugby y es parte de un artículo ("Rugby Circus") que escribió Alain Garrigou, profesor de Ciencia Política de la Universidad de París-Nanterre, y que publica "Le Monde Diplomatique".

Garrigou habla de las consecuencias perjudiciales de la lógica del dinero aplicada al deporte, y en particular al rugby. "La influencia de la economía en el juego es tan estrecha --dice-- que las reglas del rugby se han modificado para hacer los partidos más legibles (más telegénicos) y por ende, más accesibles a los profanos". Es la misma respuesta que me dio un realizador de televisión, aquí en España, cuando le pregunté por el motivo de hacer de un partido de fútbol un espectáculo de gestos atléticos, primeros planos de sudor y músculos, repeticiones incesantes de jugadas intrascendentes y caras famosas de los palcos y plateas. "Para tener más audiencia", me confesó sin rubor. Más clientes, diría yo, para los anunciantes. Es decir, el criterio comercial es el que define todo.

El negocio exige permanentemente el más alto rendimiento y la preparación de los jugadores (de fútbol, de rugby y de lo que sea) está más destinada a lo físico que a lo técnico, a lo táctico que a incentivar la creatividad.

El resultado es que, salvo excepciones, se juega peor y se corre cada vez más. Por otra parte, nunca como ahora el uso de estimulantes prohibidos, el dopaje en una palabra, ha estado tan bajo sospecha. Nunca como ahora se han jugado tantas competencias, tantos partidos, con la presencia permanente de la televisión.

Nunca como ahora el negocio ha recogido tantos beneficios económicos. Las preguntas son: ¿Cómo hacemos para evitarlo? ¿Cómo encontramos un equilibrio donde el criterio deportivo sea el predominante? ¿Cómo recuperamos el placer de jugar y la libertad de hacerlo? ¿Cómo mantener la ilusión sin parecer estúpido?

Ángel Cappa para El Comercio (Perú) - 12 de noviembre de 2007

Monday, November 5, 2007

Largo romance con las redes

Efectivamente, han pasado 13 años desde el día en que Raúl apareció en el fútbol grande para escribir una página de su historia y quedar para siempre en el corazón de todos.

Debutó en el Real Madrid, donde yo trabajaba por entonces, frente al Zaragoza en esa ciudad. Perdimos 3-2 y él falló dos goles después de gambetear al arquero. Tenía 17 años, era flaquito y ponía cara de malo, seguramente para ganarse el respeto de los defensores rivales, ya que su aspecto no lo ayudaba mucho en ese sentido. Sin embargo tenía, siendo tan joven, una marcada personalidad y una convicción absoluta sobre su futuro.

No había que analizarlo por partes porque se corría el peligro de no mirarlo bien. No era muy hábil, tampoco le pegaba bien a la pelota, ni era un cabeceador notable. Sin embargo, en la zona de definición aparecían todas sus excepcionales virtudes. Allí surgían sus gambetas inverosímiles, sus amagues recién inventados, sus chanfles de lujo y sus cabezazos tremendos. Es que, como todos los goleadores, cuando huele a gol sufre una metamorfosis a lo Kafka y se convierte en una mezcla de Kempes y Romario, para llegar a la red de mil formas diferentes.

Siempre hizo goles y los seguirá haciendo porque esa es una condición natural que nunca se pierde. Por alguna razón incomprensible, en los últimos tres años lo pusieron de volante y recibió críticas feroces e injustas. Es como si a un pez lo sacaran del agua y lo pusieran a cazar ratones, para después decir que no tiene nada de gato.

Aquel día del debut, al finalizar el partido y en el mismo vestuario, tuve la infeliz idea de ir a consolarlo. "No tenés por qué apenarte", le dije, "hiciste lo que debías. Mala suerte". Todavía estoy arrepentido porque Raúl me miró como diciendo: "¿De qué me está hablando este tipo?". Lo único que le disgustaba era que habíamos perdido. Por lo demás estaba tan seguro como siempre. Hace poco estuve con él, charlando de fútbol y lo vi con el mismo entusiasmo y la misma alegría por jugar de siempre. Me fui contento y me sentí afortunado por haber asistido al nacimiento de un jugador histórico. Y, aunque inmerecidamente, también orgulloso.

Ángel Cappa para El Comercio (Perú) - 5 de noviembre de 2007

El 'Kun' y la ciencia

Cuando en su primer clásico, frente al Real Madrid en el Bernabéu, el 'Kun' Agüero intentó la sutileza de un sombrero ante Casillas casi al final del partido que perdió su equipo, el Atlético de Madrid, le cayó el mundo encima. Las críticas fueron las habituales en estos casos, referidas a la obligación de acudir a lo seguro y no arriesgar en otro tipo de acciones más vistosas.

Y como también es habitual en estos casos, las críticas estaban basadas en la ignorancia y el miedo. Ignorancia de las cualidades de Agüero y la relación entre la genialidad y la eficacia, y el miedo al riesgo que el fútbol actual lleva marcado como una seña de identidad.

El 'Kun' Agüero es un jugador de apariciones, es decir juega a golpe de inspiración. No es un jugador que intervenga permanentemente. Y como no se puede ser genial en cada balón que se toca, a veces su aporte no es tan brillante como se espera. No obstante está aprendiendo cosas. Nos olvidamos con frecuencia que se trata de un chico de 19 años que está en pleno proceso de aprendizaje, aunque el periodismo, tan ávido de ídolos que ayuden a vender más, lo haya presentado en España como una estrella consolidada.

Decía que está aprendiendo, por ejemplo, a ganarse un espacio para recibir libre. Cuando llegó, jugaba de espaldas a la portería contraria con un rival soplándole la nuca, y le resultaba mucho más difícil hacerse con la pelota. Ahora sus compañeros lo encuentran con más facilidad y Agüero solo necesita un metro y dos segundos para jugar con ventaja. La ventaja que le dan su enorme capacidad de improvisación, su gambeta corta, su arranque y freno en medio metro, su toque preciso e imprevisto y el gol que tiene entre ceja y ceja.

Ya no recibe críticas. Hasta los técnicos rivales dicen que verlo es como ir al museo del Prado. En los años 70 hubo una corriente cientificista que a todo lo quería medir y razonar. Igual que ahora. Pero en aquella época apareció Cruyff y les rompió los esquemas. Ahora tipos como Messi, Iniesta, Agüero, Fábregas, Rooney, entre otros muchos, vuelven a poner la ciencia en el lugar que le corresponde. Que no es el fútbol, precisamente.

Ángel Cappa para El Comercio (Perú) - 29 de octubre de 2007

Sunday, November 4, 2007

Con serenidad y mucha paciencia

Cualquier proyecto futbolístico que pretenda lograr su objetivo tiene que empezar por un compromiso. Y yo veo a los jugadores de la selección peruana muy comprometidos con el equipo. Nadie se guarda nada, todos dan lo mejor de sí para que las cosas empiecen a funcionar. Hay un gran entusiasmo, lo cual es una muy buena noticia, pero tal vez excesivo a tal punto que no deja lugar a la pausa. No hay tiempo para pensar. Finalmente se convierte el juego en algo confuso y embarullado, en un derroche de energía. No podemos olvidar que se trata del comienzo de la construcción de un equipo y por eso mismo es hora de análisis y paciencia.

Lo primero que yo advierto en el equipo de Chemo es que hay muy poca inventiva y, por lo tanto, escasa claridad. Es decir, Perú no tiene el toque elegante y efectivo que es parte de su propio estilo y que toda selección debe respetar como principio básico. Se quiere llegar cuanto antes al arco contrario y se ataca desde cualquier lugar. Es como un boxeador que tira trompadas sin parar. Termina cansado, bajando la guardia y a merced de su rival. En la zona de gestación se toca para encontrar un espacio, para distraer anunciando una cosa para hacer otra. Eso es lo que, a primera vista, todavía le falta a Perú. Entonces los delanteros quedan desasistidos. Les llegan muy pocas pelotas favorables. Casi todo es muy exigido. Y como se pierde rápidamente la pelota, al equipo le cuesta más organizarse. Nunca está cómodo. Siempre juega al límite.

Desde mi punto de vista, y con todo respeto para mi amigo Chemo, es imprescindible encontrar un volante de contención que sea el eje del equipo. De todos los que he visto el que mejor cumple esa función es Bazalar. Recorre los caminos adecuados, y es inteligente en la distribución. Posiblemente tenerlo en el plantel sirva de modelo para ir haciendo a otro jugador más joven. También se nota la ausencia de un enganche más participativo para dar criterio y profundidad al toque. Que haga jugar a los demás y sea capaz de habilitar a los delanteros con inteligencia y oportunismo. Los volantes de afuera: Solano y Vargas, juegan demasiado aferrados a sus carriles. Son necesarias sus proyecciones para tocar, atacar o defender, cerrar o abrir la cancha cuando el juego lo requiera, aparecer por donde no los están esperando. Además --según mi opinión-- hasta ahora los laterales no han sido muy firmes en la marca y tampoco aportan juego arriba con la frecuencia deseada, o mejor dicho en los momentos más oportunos. Claro que la línea de fondo en general todavía no ha coordinado lo suficiente y siente la falta de un volante tapón que le dé una mano y colabore con ellos para salir jugando y también a la hora de defender. Todas cosas que --como digo-- hay que ir analizando y corrigiendo, mejorando, y que solo se consiguen con serenidad y paciencia. Sobre todo de parte de la prensa y los dirigentes, para crear un clima de tranquilidad y confianza. No se puede pensar y decidir desde la urgencia y en un entorno histérico. Perú tiene la oportunidad de iniciar por fin un camino, su propio camino. Tiene los jugadores y el entrenador adecuados. Es cuestión de tiempo. Estoy seguro de que Chemo terminará haciendo un gran equipo para alegría de todos.

Ángel Cappa en el diario El Comercio (Perú) - 22 de octubre de 2007

Los dueños de la pelota

Así como Abramovich, muchos dirigentes terminan creyéndose técnicos de sus equipos.

En el barrio el único que jugaba por imperativo de la ley del más fuerte era el dueño de la pelota. Si no, no había partido. Él era diferente. Aparecía siempre bien equipado, camiseta flamante, botines lustrados, y una pelota impecable igual a la que usaban los profesionales. Nosotros, que hacíamos milagros para conseguir una cualquiera, caíamos en la tentación y lo incluíamos en el equipo aunque no supiera jugar.

Con el tiempo, el chico diferente se desvinculó del fútbol para atender sus negocios. Cuando llegó a la cúspide del éxito, se dio cuenta de que le faltaba algo que él consideraba esencial: popularidad. Como ya no podía jugar aunque llevara la pelota, se hizo dirigente. Empezó con modestia y generosidad, hasta que un buen día se despertó distinto. Mirándose al espejo se dio cuenta de que sabía de fútbol. Mientras desayunaba entendió la lógica de la metamorfosis: el fútbol es como la gripe, pensó, y se contagia.

Se había contagiado de tanto estar con entrenadores y jugadores y ahora él también se sentía con derecho a opinar. No creyó que sabía tanto como los demás, sino mucho más que todos y entonces decidió intervenir en cuestiones del juego que hasta no hace mucho le eran totalmente ajenas.

Y casi sin darse cuenta, de tanto echar entrenadores, un día se vio haciendo alineaciones e indicando los cambios necesarios en el equipo. Contrató técnicos dóciles aprovechando la abundante oferta y cumplió su sueño dorado: ser entrenador en la sombra, aunque con las debidas filtraciones para que los periodistas se enteren y el secreto se difunda a los cuatro vientos y su ego quede satisfecho.

Ahora firma autógrafos y es reconocido por la calle y hasta no le cobran en los restaurantes. El niño diferente que jugaba porque llevaba la pelota es un hombre completamente exitoso. Este personaje tiene decenas de nombres, pero si queremos le podemos poner el último: Abramovich, el dueño del Chelsea que después de echar a Mourinho y pagarle más de 30 millones de euros de indemnización sin pestañear, asumió directamente la dirección técnica del equipo, detrás de un supuesto entrenador. ¡Viva el fútbol!

Ángel Cappa en el diario El Comercio (Perú) - 8 de octubre de 2007

Los sentimientos bien guardados

Hay jugadores que se rebelan ante el carácter mercantil del fútbol moderno.

Desde que el negocio identificó al fútbol como un objetivo prioritario, los valores que sustentaban al juego se tambalearon. Poco a poco el criterio comercial fue ganando terreno al deporte y hoy impone su ley de mercado casi con total aceptación. Cuando alguien afirma que ganar es lo único importante, deja de lado sentimientos y valores que en otros tiempos le hacían vivir el fútbol desde la ilusión y la alegría.

Sin embargo, no todo está perdido. Aún aparecen jugadores que desobedecen las normas del sufrimiento como el recto camino hacia el éxito, y entonces saltan los tapones de la emoción y todo el mundo vibra al compás de su talento.

España, y en realidad toda Europa, hoy vive al ritmo de las gambetas endiabladas de Messi y la imaginación goleadora de Agüero, y se queda muda de asombro ante la inteligencia atrevida de Iniesta. La realidad es que estamos poco menos que obligados a asistir en silencio al triunfo de la eficacia programada, cuando ocurre, o casual (como el último campeonato logrado por el Real Madrid), aceptando la tristeza de un fútbol intencionalmente mediocre, como una fatalidad. Nos guardamos los sentimientos hasta una mejor oportunidad, pero nunca los enterramos; siempre están a flor de piel. Nos pasa a todos y también a los jugadores.

El otro día hablé con Raúl, el delantero del Real Madrid, en una charla que publicó el diario "Marca" de España. Decía él que el fútbol "es un juego que hay que disfrutar". Y más adelante agregaba: "hay que cambiar la mentalidad: hay que salir al campo a divertirse. Pero todos, jugadores, aficionados, todos". Por supuesto, yo comparto esa manera de pensar y me parece que, finalmente, es lo que casi todos pensamos y deseamos íntimamente.

El fútbol es una fiesta que el negocio ha convertido en un modo de ganar dinero rápido, y para eso creyó necesario invertir los valores. Está en todos nosotros: jugadores, entrenadores, periodistas, público, devolver al fútbol su verdadero sentido.

Ángel Cappa en el diario El Comercio (Perú) - 1° de octubre de 2007

Gattuso: la voluntad inteligente

El italiano aprendió de sus limitaciones y hoy es pieza clave del AC Milan y de Italia.

Se puede aprender a jugar al fútbol y hay muchos ejemplos de jugadores que empezaron siendo fieles a su torpeza natural y terminaron convirtiéndose en piezas importantes de sus equipos. Gennaro Gattuso es uno de ellos. Cuando apareció en el AC Milan era un atropellado volante defensivo que recurría permanentemente a la infracción para interrumpir el juego del adversario, ya que tenía poca capacidad para recuperar limpiamente. Con la pelota no podía hacer dos metros sin tropezarse y con mucho esfuerzo acertaba algún pase. Solo su asombrosa voluntad lo mantenía a tan alto nivel. Pero fue mejorando poco a poco, y hoy es campeón del mundo con su equipo y con su selección, y es uno de los jugadores básicos en ambos.

El reconocimiento de sus limitaciones es el primer paso para pulir defectos. Gattuso mismo declara que cuando se mira los pies les reprocha: "¡Ni una alegría me dan!". Es decir, admite que su técnica es muy justa, digámoslo así, y procura con entrenamientos mejorar en lo posible. Ese reconocimiento llevado al juego hace que no traslade, que busque rápidamente a un compañero cerca para desprenderse de la pelota y tratar de ser preciso. Además fue interpretando el juego, ya no comete tantas faltas y solo usa su desbordante energía en la disputa de la pelota, pero quita por anticipación, por conocimiento. Pone toda su fortaleza física y mental al servicio del juego de su equipo. Conoce su función y cumple su cometido. Lo hace, por otra parte, con una gran humildad, sabiendo que tiene que ganarse el lugar que conquistó en cada partido, en cada entrenamiento. La misma humildad que lo hace considerar inmerecido el dinero que gana, ya que "en un mes sumo más que mi padre en toda su vida".

La necesidad le forjó ese carácter y lo animó a aprender a toda prisa y a defender lo que ganó. A los 29 años Gattuso no solo es figura indispensable en el Milan y en la selección italiana, sino que es también uno de los personajes del fútbol mundial.

Claro que se aprende a jugar al fútbol.

Ángel Cappa en el diario El Comercio (Perú) - 24 de septiembre de 2007

Aprender de los jugadores

Más que inventar, el entrenador debe saber recolectar lo bueno que tiene el fútbol.

Leí en alguna parte que "inventar es fácil, observar es lo importante". Sin entrar en disquisiciones filosóficas que no me corresponden, si lo aplicamos a los entrenadores de fútbol veremos cuánta razón tiene el aforismo.

Cuando Hugo Sánchez jugaba en el Real Madrid, yo me estaba preparando para este oficio, viendo entrenamientos, partidos, asistiendo a conferencias, leyendo todo lo que caía en mis manos, escuchando a entrenadores de experiencia, a jugadores y a los sabihondos de los cafés --"escuela de todas las cosas", como dice un tango de Discépolo--. Me intrigaba saber cómo hacía el formidable delantero mexicano para definir casi siempre, o siempre, a un solo toque.

Por lo tanto, fui al Bernabéu con una entrada detrás de uno de los arcos y me pasé el partido mirando solamente sus movimientos. Entonces aprendí que lo más importante que hacía era no ser referencia nunca, aparecer siempre por donde no lo estaban esperando.

Si la jugada venía por la derecha, Hugo Sánchez se desplazaba a la izquierda y viceversa, así cuando llegaba el pase estaba siempre de frente al arco y a espaldas de los defensores. Si amagaba al primer palo, de pronto cortaba y aparecía en el segundo, y al revés. En los córners o tiros libres desaparecía del amontonamiento que se produce en el medio del área, para esperar en el segundo palo, donde lo perdían de vista.

Otro grande de este juego, Romario, respondiendo a la pregunta de un periodista sobre cuál era su mayor virtud, dijo: "que no me ven". Es decir parecía ausente del juego y cuando los defensores bajaban la guardia, ocupaba el espacio inesperado y definía sorpresivamente con la genialidad que lo distinguía. Van Nistelrooy, lejos de la calidad de Sánchez y Romario, aprendió, sin embargo, a vivir en los segundos palos y se cansa de hacer goles.

Con el tiempo me di cuenta de que mucho más importante que los libros, los cursos, las conferencias y los entrenamientos de otros, es observar a los futbolistas. De todos siempre se saca algo, sin necesidad de inventar nada. Enseñar aprendiendo, ese sería el consejo.

Ángel Cappa en el diario El Comercio (Perú) - 17 de septiembre de 2007

El fabricante de sueños


Arsene Wenger es un constructor de sueños a partir de un equipo que, en mi opinión, hace el mejor fútbol del mundo, o al menos el mejor de las principales ligas.

Wenger logró con el Arsenal de Londres la participación permanente de todos los jugadores durante los 90 minutos. Abolió la caprichosa distinción entre los que atacan y los que defienden. Todos participan en la distracción y la gestación de las jugadas y muchos, inclusive los marcadores centrales, suelen llegar a la definición. Y todos colaboran en la recuperación de la pelota, empezando por los que juegan más adelante. Naturalmente hay distintas funciones que cumplen los jugadores según sus cualidades, pero quiero decir que nadie permanece indiferente en las variadas circunstancias del juego, como si con él no fuera la cosa.

Los entrenadores somos vanidosos y siempre pensamos, cuando vemos jugar a un equipo, que nosotros lo podríamos mejorar. Bien, yo no soy una excepción en ese sentido, pero si me preguntaran qué corregiría o mejoraría en el Arsenal de Wegner, tendría que admitir que nada. Juega tal cual me gustaría que jugaran los equipos que dirijo. Toca con criterio y hace circular la pelota con velocidad porque nadie traslada, nadie juega solo. Cada jugador en posesión de la pelota dispone de 2 o 3 opciones de pase, pues sus compañeros saben ofrecerse. Cambia de frente oportunamente para despejar los caminos y achica con la línea de fondo, así el retorno es más corto cuando se pierde la pelota y no les da posibilidades de contragolpe a los rivales.

Consiguió además Arsene Wenger mantener un parecido nivel de alta calidad y entusiasmo durante los más de 10 años que lleva al frente del equipo, al que renueva con inteligencia. Llegan jugadores jóvenes casi desconocidos y los convierte en excelentes futbolistas de primer nivel, como Touré, Eboué y Fábregas, por ejemplo. El Arsenal es una promesa de felicidad en cada partido porque siempre intenta lo mejor aunque, por supuesto, no siempre lo consigue.

Wenger acaba de prolongar su contrato otros tres años, lo que nos garantiza seguir disfrutando y aprendiendo con el Arsenal.

Ángel Cappa en el diario El Comercio (Perú) - 10 de septiembre de 2007

Insensato dinero

Desde que el negocio le quitó espacios al fútbol se invirtieron las prioridades y todo anda patas arriba. Al menos eso ocurre en España, una de las potencias futbolísticas. Antes, las pretemporadas eran programadas por los entrenadores para armar el equipo y ponerlo a punto. Los dirigentes de los grandes equipos empezaron a ver en los partidos que se organizaban con aquel fin, una ocasión de hacer dinero. Hasta aquí es normal el propósito de arrimar dinero aprovechando la preparación del equipo para la campaña venidera.

Pero sucedió que el dinero ofrecido por partido creció y resultó demasiado tentador. Entonces se dio vuelta la tortilla. Llegaron ofertas y se cambiaron objetivos. Ahora se usa al equipo para recaudar dinero y de paso, si se puede, aprovechar para ir preparándolo para la temporada. Se aceptan viajes no solo inoportunos desde el punto de vista físico, sino hasta perjudiciales. Viajes que alteran horarios, climas, comidas y que son largos y desgastantes. Todos los argumentos de los entrenadores y su comando no son tomados en cuenta. Solo se atienden los consejos del tesorero. Un millón de euros por partido confunden a cualquier presidente, inclusive los de los grandes y millonarios clubes.

"Los muchachos son jóvenes y aguantan y además cobran mucho como para quejarse", deslizan a sus allegados. Las consecuencias de futuro parecen no importar a nadie. Vaya usted a decirle a una gran empresa contaminante, que de ese modo está hipotecando el futuro de las nuevas generaciones. Lo mirarán como a un bicho raro que no entiende lo que se gana, el único valor que respetan. Más o menos pasa lo mismo en el fútbol. Pero tanto el planeta como el futbolista tienen un límite y ya empiezan a dar muestras de las agresiones sufridas. Eto'o, por ejemplo, acaba de romperse. Una lesión muscular lo tendrá parado dos meses. ¿Usted piensa que aprenderán? Yo no soy tan optimista.

Ángel Cappa en el diario El Comercio (Perú) - 3 de septiembre de 2007

El geniecillo más reciente

El último gran Sub 17 se llama Giovanni dos Santos y ahora juega en el Barza

Dos Santos es rápido, maneja los dos perfiles y define con elegancia y eficacia.

El Barcelona tiene un estilo de juego propio, que cuida desde sus categorías inferiores. Comienza por el respeto a la pelota y continúa por el aprendizaje, en los primeros años, de un concepto elemental: el fútbol es un juego colectivo; por lo tanto, el pase es lo más importante. Es decir, sus jóvenes jugadores dominan la pelota y también dominan todos los fundamentos. Por eso, aquellos con condiciones naturales que llegan al primer equipo se integran con rapidez.

Giovanni dos Santos, mexicano con nombre italiano y apellido brasileño, fue educado futbolísticamente en esa escuela. Igual que Messi, Iniesta, Xavi, Guardiola y tantos otros excelentes jugadores. Este chico es rápido, tiene los dos perfiles, gambetea con facilidad y define con elegancia y eficacia. Además, colabora con inteligencia en la recuperación de la pelota. En otras palabras, participa siempre del juego. Nunca mira el partido.

Es que la forma de jugar que tiene el Barcelona obliga a la participación. El toque genera ese involucramiento. El pelotazo, en cambio, aísla. Es raro que una jugada que termina en Messi, Ronaldinho o el mismo Dos Santos, no se haya iniciado en la línea de fondo y continuado en la zona de gestación, hasta encontrar el espacio y la oportunidad de gol. El Barcelona juega con 'wines' desde la llegada de Cruyff, que le arrimó esa sana costumbre holandesa. Si queremos ponerle números, digamos que juega un 4-3-3. Giovanni dos Santos puede jugar en cualquiera de las dos puntas con el mismo rendimiento. Todo esto tiene una lógica, pero lo que me llama mucho la atención es el atrevimiento y la naturalidad con que juega este chico, rodeado por compañeros muy experimentados y cargados de títulos.

En eso se parece a Lionel Messi, quien desde su primer partido oficial daba la impresión de estar jugando en el jardín de su casa, sin importar que se trate de un clásico frente al Real Madrid o un partido decisivo de la Copa de Europa. Yo creo que esa seguridad se las transmite la formación que tuvieron y el estilo también, porque en vez de tener que preocuparse en obedecer complicadas instrucciones tácticas, solo tienen que pensar en jugar.

Mientras sigan apareciendo jugadores con este criterio y esta calidad, podemos seguir enamorados del fútbol.

Ángel Cappa en el diario El Comercio (Perú) - 28 de agosto de 2007

Hoy no puedo hablar de fútbol

Ustedes sabrán comprenderme. Hoy tendría que hablar de fútbol como lo hago habitualmente en mis columnas. Pero la situación dramática que vive el Perú me impide hacerlo. Yo he vivido solo seis meses en Lima, pero fue una experiencia tan intensa y complicada, con final feliz, que resulta imposible olvidarla. En ese corto período de tiempo formé lazos muy fuertes con mucha gente. Generalmente gente humilde, hinchas de fútbol, que me expresaron su cariño y su respeto. Nunca me sentí un extraño en el Perú. Nunca me hicieron sentir un extranjero. Incluso hoy, cuando me encuentro a muchos peruanos por distintas partes del mundo, me siguen expresando su afecto. Yo me siento abrumado, porque no creo que haya motivos para eso, pero lo admito porque reconozco que hay cosas que se dan y no hay por qué buscarles explicaciones.

Esa misma gente humilde que conocí y con la cual viví momentos muy emotivos gracias al fútbol, ahora está sufriendo los efectos terribles de una catástrofe natural, un terremoto que castigó duramente a todo el país. Por eso no puedo pensar en fútbol. Menos, escribir sobre él, como es mi costumbre. Solo me animo a compartir su tristeza y su dolor. El pueblo peruano es un pueblo luchador y valeroso que saldrá de esta situación, como ya lo hizo otras veces en su larga historia. Esta herida tremenda lo marcará por varias generaciones, pero también lo unirá para salir adelante. Hoy quiero utilizar este artículo semanal para enviar un saludo solidario, un abrazo fraternal al pueblo peruano, a mis amigos. Ya habrá tiempo para seguir hablando de fútbol.

Ángel Cappa en el diario El Comercio (Perú) - 18 de agosto de 2007

Desigualdades en el mundo del balón

¿Cuántos campeonatos nuestros se financiarían con los 400 millones de euros que se invierten en la Liga de España?

El Real Madrid pagó por Pepe, un limitado defensor brasileño que jugaba en el Oporto de Portugal, unos 30 millones de euros (nunca se sabe con exactitud el monto de estas operaciones). Y está dispuesto a pagar 90 millones más por Kaká, al que no quiere soltar el Milan. Y otros 40 por Ballack y Robben del Chelsea.

Los 20 equipos de la Primera División del fútbol español han gastado, hasta ahora, unos 400 millones de euros para reforzarse y todavía tienen tiempo hasta final de mes para engrosar esa cifra inconcebible. Pensemos un momento en nuestros países. En la no muy lejana época en que el Madrid compró el pase de Zidane, el precio que pagó era el presupuesto de Boca, River, San Lorenzo, Racing e Independiente juntos.

Es decir, lo que gastaban en un año los cinco equipos grandes del fútbol argentino. No tengo las cifras del fútbol peruano, pero pregunto: ¿Cuántos campeonatos podrían financiar los 400 millones de euros del fútbol español? ¿50? ¿100? ¿500 tal vez? (para no hablar del hambre que podría aliviar).

Supongamos que los clubes españoles no gasten más de 100 millones de euros hasta el final de este mes, y hablaremos entonces de 500 millones solo en refuerzos para esta temporada. ¿Cómo puede competir el fútbol sudamericano frente a estas cantidades desorbitadas del mundo rico? Inevitablemente nos han convertido en fábricas que abastecen con sus mejores productos los campeonatos que Europa organiza.

A nosotros nos quedan los jóvenes debutantes o los que están de vuelta. Todos los demás se van y no solo a Europa, sino también a otros mercados como México que son económicamente mucho más fuertes. Y otro detalle. Esta temporada ingresaron en Argentina, por la venta de jugadores, más de 140 millones de dólares. Y los clubes están, en su mayoría, prácticamente en quiebra.

¿Quién se lleva ese dinero? ¿Cómo lo reparten? ¿Somos pobres o nos quitan la riqueza? Díganme ahora si el fútbol no es también un reflejo de la sociedad.

Ángel Cappa en el diario El Comercio (Perú) - 13 de agosto de 2007

Punto de partida

Chemo del Solar debería ser el líder del fútbol peruano en la ruta hacia la recuperación de su prestigio internacional.

La presencia de Chemo en la selección debería significar el punto de partida del fútbol peruano hacia la recuperación de su prestigio internacional.

Lo digo porque un entrenador de la personalidad, del conocimiento, de la experiencia europea de Chemo tendría que servir como unificador, como líder en el país para ponerse de acuerdo. No hablo solo de los directivos de la FPF, sino también de todos los dirigentes de los clubes. En el Perú no pueden seguir con lo mismo, después de tanto tiempo sin copas del mundo. Es hora de que se sienten en una mesa y entiendan que la selección tiene que ser la prioridad absoluta. Todo el fútbol peruano tiene que estar al servicio de la selección, porque es la única manera de recuperar el lugar que supo ocupar en otros tiempos. Si la selección regresa al Mundial y lo hace bien --cosa que no es difícil por los jugadores que tiene: Pizarro, Farfán, Vargas, Acasiete, Guerrero--, es indudable que todo el fútbol peruano subirá su cotización, por decirlo en términos económicos, y mejorará futbolísticamente el torneo nacional, porque aumentará su prestigio. La ecuación está ahí, al alcance de la mano.

Desde mi punto de vista, esa reunión encabezada por Chemo tiene que ser el primer paso ineludible. Según sé, a través de amigos y de la Internet, hay una suerte de consenso en su llegada y, de arranque, es positivo. Hay que darle todas las condiciones indispensables para que pueda ejercer su responsabilidad. Blindarlo, para utilizar un término que está de moda en el fútbol. Desaprovecharlo sería dar un paso atrás, dejar pasar una inmejorable oportunidad de crecer.

Ángel Cappa en el diario El Comercio (Perú) - 6 de agosto de 2007

Ganar no lo es todo

Más allá de salir a la cancha a buscar triunfar, está el placer de jugar y hacerlo bien.

Edward G. Robinson en la película "El Rey del Juego" es el mejor jugador de póker de EE.UU. y en una partida, previa a un gran desafío por ese título honorífico, le gana a otro encumbrado pretendiente.

- Me ha ganado usted una gran suma de dinero, le dice el que acaba de perder.

- Para el verdadero jugador -responde Edward G. Robinson- el dinero no es el fin, es una herramienta.

A mí me parece -y lo he dicho muchas veces- que en fútbol ganar es una formidable excusa para jugar. En otras palabras, jugar tiene un valor distinto, pero tan valioso como el resultado.

Hace años tuve un jugador en Argentina que siempre me decía: "A mí, Ángel, sólo me vale ganar. Ganar es lo único que me importa". Hasta que un día le contesté: "Entonces, si viene ahora el presidente de la AFA y nos da la medalla de campeones y el dinero que nos corresponde, con la condición de que no participemos en el campeonato, ¿usted qué hace? ¿Se va a su casa tranquilo?". "No", me contestó, y se quedó mirándome. "Porque si es así, si no le importa jugar, usted se equivocó de oficio. A usted no le gusta el fútbol", añadí.

Y nunca más me volvió a decir aquello. El verdadero jugador, de póker, de fútbol, de básquetbol, de lo que fuere, juega porque le gusta, siente placer en hacer lo que hace. Y muchos jugarían gratis y hasta pagarían por hacerlo. Por supuesto que al jugador de póker no le gusta perder dinero, pero si se lo dan por no jugar, no lo recibirá, salvo que lo utilice para jugar en otro sitio.

Ahora bien, ¿cuántas veces escuchamos a periodistas, dirigentes, entrenadores y hasta a jugadores de fútbol decir que lo único que importa es ganar?

No discuto que ganar sea lo más importante, el objetivo que buscamos; pero no me negarán que jugar tiene también suma importancia. Su significado es mucho más profundo que el resultado, tiene que ver con nuestra identidad.

Lo cierto es que la sociedad de mercado en que vivimos convierte todo en mercancía y entiende los sentimientos como debilidades del romanticismo (por eso el escritor Mario Benedetti dijo que los sentimientos pasaron a la clandestinidad) y solo encuentra placer en el beneficio económico.

Confundimos ser con tener y terminamos sin saber qué pasa. Hay que ganar. Claro que hay que ganar, pero no permitamos que nos quiten por eso el placer de jugar.

Ángel Cappa en el diario El Comercio (Perú) - 30 de julio de 2007

El Chemo que yo conozco

Algunos jugadores son entrenadores después de jugar para seguir ligados al fútbol, porque no pueden o no saben vivir sin él, porque lo quieren demasiado y porque siguen necesitando la pelota. Pero, lamentablemente, son muy pocos los que realmente están capacitados para la nueva profesión que inician. Uno juega al fútbol porque le sale y después lo piensa y a veces lo entiende. Este juego empieza por los pies y no siempre sigue en la cabeza.

Como me dijo un amigo, en muchos equipos los jugadores se pasan la pelota unos a otros, pero no saben por qué. No son pocos los jugadores que nunca se interesan por el juego. Les alcanza con lo que traen de la cuna. Por eso cuando ejercen de entrenadores les resulta un oficio demasiado complicado. Porque tienen que pensar el juego, descubrir secretos que nunca les preocuparon, tener una idea, al menos, sobre tácticas y sistemas.

Chemo del Solar pertenece al grupo minoritario de los que, aun siendo jugadores, se interesan por ver muchos partidos, por entender el juego, por conocer diferentes maneras de jugar y de entrenar. Yo creo que Chemo empezó a ser entrenador desde su etapa de jugador, porque siempre intentó desvelar la intimidad del fútbol. No se limitaba a jugar. Cuando lo tuve en algunos de mis equipos, muchas veces durante un partido, me bastaba un gesto o una mirada para que entendiera qué le quería decir y qué había que hacer.

Conversé con él por primera vez en Chile, donde lo fui a buscar para llevármelo al Tenerife. Él jugaba por entonces en la U. Católica, que luego entrenaría. Y entonces descubrí su fuerte y definida personalidad, virtud imprescindible para conducir y liderar un grupo de jugadores. Siempre sintió el fútbol como amateur, por eso fue un gran profesional jugando y lo sigue siendo ahora, entrenando. Hace poco nos vimos en Madrid. Hablamos de fútbol sin parar, como de costumbre, y me comentó muchos aspectos de su trabajo en Cristal. Lo noté entusiasmado.

¿De quién se tiene que cuidar Chemo ahora que es técnico de la selección, en un entorno dirigencialmente complicado como el peruano? De nadie. Él tendrá que trabajar como si todos lo apoyaran. Primero tendrá que poner condiciones para que respeten sus decisiones y a partir de ahí ir imponiendo su manera de trabajar. Necesitará el apoyo de la prensa al principio. En todo caso, Perú está convocando a un ganador y eso nunca es poco. Es una verdadera fortuna que tipos como Chemo del Solar estén en el oficio.

Aunque un poco tarde, quiero darle la bienvenida al cargo y desearle suerte, que aun a los mejores no les viene nada mal.

Ángel Cappa en el diario El Comercio (Perú) - 28 de julio de 2007

Sunday, October 14, 2007

El libro que Cappa nunca llegó a ver

"Un día quedé con Angel Cappa para tomar un café y charlar de fútbol. Y llevé un libro de Dante Panzeri, en el que estaban todas las tácticas desde los años 40 en adelante. La idea era determinar si el fútbol había avanzado o retrocedido. Lo primero que surgió en la conversación fue el tema del 4-4-2, que yo quería explicar. Y Cappa me dijo: ''Nooo, eso es un número de teléfono''. Imaginate: agarré el libro, me senté arriba y seguí hablando de otra cosa. Me dio vergüenza mostrárselo, ja, ja..."

Palabras de Ricardo La Volpe en una entrevista realizada por el Diario Olé (17-08-2007)

Tuesday, September 25, 2007

Rivarola se fue de Olimpo. Cappa candidato.

Guillermo Rivarola dejó de ser en la tarde del lunes el entrenador de Olimpo de Bahía Blanca, algo que se concretó después de reunirse con el presidente del club, Rodolfo Ledo.

Después de la derrota del sábado ante Independiente, todo el mundo sabía que ese había sido el último partido de Rivarola y sólo faltaba la confirmación, algo que se concretó en la tarde del lunes.

Los candidatos a reemplazar al ex técnico de Racing, y ahora de Olimpo, son Gregorio Pérez, quien es el que más chances tiene, y un paso por detrás del uruguayo están Ángel Cappa y Reinaldo Carlos Merlo.

Sunday, September 23, 2007

Raúl: "Estamos trabajando para devolver el buen juego al Bernabéu"

El capitán del Real Madrid, Raúl González, es todo un símbolo y sus palabras no caen en el olvido. El delantero madridista concedió una entrevista a uno de los hombres más importantes en su carrera deportiva, el que fuera segundo entrenador del conjunto blanco en el año de su debut, Ángel Cappa. Raúl y Cappa charlaron sobre el Real Madrid, sobre el propio Raúl y sobre el estado del fútbol en general. El capitán blanco se mostró muy ilusionado con el juego que pretende el equipo esta temporada y apuesta por recuperar valores olvidados con la llegada del llamado fútbol moderno.

Cappa: Hay un concepto popular sobre los delanteros que a mí me parece equivocado: Hablan del prior y el segundo delantero. El primero como referencia; y el segundo el que baja a recibir. Y yo creo que la mayor virtud de los grandes delanteros que yo he visto ha sido precisamente la de no ser referencia. Con Hugo Sánchez o Romario, el defensa no sabía nunca dónde estaban. ¿Qué opinas de esto?
Raúl: Hay jugadores que, por su estilo o su corpulencia, se sitúan más cercanos al área, bien porque saben rematar de cabeza, son rematadores puros o porque tienen más problemas para tirar una pared 20 metros más atrás. Pero los buenos, los grandes, son los que se mueven por todas las partes del campo, 15 metros atrás, cerca del área…Así se crean muchos problemas a los defensas. Si colocas un punta fijo y otro más atrasado, el mediocentro defensivo se coloca detrás de ti y te destroza. En cambio, si una vez están los dos atacantes arriba desaparecen es más complicado. Lo que se ha perdido es esa movilidad que, por ejemplo, ha tenido el Barcelona de los últimos años, en el que todos disfrutaban. La temporada pasada perdió una parte de esa cualidad, pero este año estoy seguro de que la van a recuperar porque tienen gente de mucha calidad. Eso es lo que estamos intentando recuperar nosotros en el Madrid tras una fase en la que todo era sufrimiento…hasta las victorias.

Cappa: No sé lo que tú opiniarás, pero para mí el Arsenal es el equipo que mejor juega al fútbol del mundo. Domina todos los conceptos fundamentales para jugar bien. Crean los espacios, aparecen los volantes, aparece Fábregas… Si yo coloco un delantero fijo para marcar no es una referencia para los compañeros como se cree, sino para los defensas.
Raúl: Lo mismo pasa con los medios. Como delantero, tienes que desmarcarte a veces hacia fuera para que el medio entre por el carril. Y lo que tiene el Arsenal son medios ofensivos, con intención de hacer goles. De pronto, Fábregas da el primer pase y luego lo ves dando el último. Y eso es porque previamente ha metido el balón en la banda y ha hecho la diagonal para presentarse en el área.

Cappa: Exacto, centrocampistas como él agrandan o achican el campo según las circunstancias.
Raúl: en el Arsenal eso lo hacen muy bien. Los equipos que tienen cogidos esos conceptos son muy difíciles de parar porque no saben por dónde te van a venir.

Cappa: Yo creo que se están perdiendo conceptos básicos por la prisa de ganar. Como decía Cruyff, entrenar entrena cualquiera; enseñar ya es más complicado. Si los medios tienen esos conceptos, de llegar y aparecer, la línea de defensa no puede estar cerca de tu portería, porque si pierdes la pelota y miras atrás te quedan 50 metros para volver. Mucha distancia.
Raúl: En el Madrid hemos tenido ese problema últimamente. En muchas fases de los encuentros éramos dos equipos partidos. Éramos cuatro atacando que luego tenían que bajar para volver a atacar mientras que los defensas sufrían mucho. No había armonía en el equipo, sobre todo en el Bernabéu. Fuera de casa está claro que cada vez es más difícil hacer el fútbol que uno quiere porque cada vez te aprietan más, pero en el Bernabéu también perdimos eso. Ahora queremos recuperarlo. Hay una intención de Schuster de tener el balón y cuando lo perdemos intentar recuperarlo rápido. Si al final lo logras, vienen las ocasiones y los goles.

Cappa: El concepto del achique está equivocado. Creemos que es tirar el fuera de juego, pero en realidad es eso: Juntarse cuando se pierde la pelota para recuperarla cuanto antes.
Raúl: Los equipos grandes tienen que mostrar un buen fútbol, sobre todo, por historia, el Madrid y el Barça…Y eso no está reñido con que el equipo esté organizado.

Cappa: Lo que te da organización es la pelota, porque genera participación. Y cuando la pierdes, estás armadito para recuperar.
Raúl: Claro, aunque la pierdas estás ahí, cerquita, y la recuperas rápido. Si no tienes la pelota, el fútbol es sufrimiento. Sólo cuando la tienes puedes disfrutar. Si no, sólo te dedicas a correr. En el Madrid es un arma que debemos recuperar.

Cappa: Otro de los conceptos que se está perdiendo es el del engaño. Si apuntas al lateral, cuando se la quieras pasar ya estará marcado. En cambio, si miro a un lado y la pongo en el otro conseguiré el objetivo.
Raúl: Se ha perdido también la movilidad arriba, es tipo de desmarques que hacían los delanteros para que entrase el interior. Ahora se pide demasiado el balón al pie. Cuando se marcan las diferencias es cuando se pide el balón en profundidad, en carrera. Los desmarques son para entretener a la defensa y que luego entre otro por otro lado. Así surgen las paredes, ahí empieza el fútbol bonito, a dos toques.

Cappa: esto es interesante. Yo sólo puedo jugar a dos toques cuando mis compañeros me dan opciones. Si no, no puedo.
Raúl: Si, y no sólo una. Tienes que tener como mínimo dos o tres opciones. Y eso es lo que se ha perdido. En las últimas temporadas he tenido esta sensación en el Madrid: No hay opción de pase. Era esperar una jugada y ver lo que pasaba. En este principio de temporada, al menos tengo la sensación de que hay más alternativas. Estamos tocando y aparece más gente. Una pared por aquí, dos toques por allí…Jugamos más cerca. Pero bueno, aún hay que perfeccionar este juego mucho más. Este año jugamos todos mucho más a gusto. Cuando perdemos la pelota, presionamos y la intentamos robar rápido. Si logramos eso, va a ser muy difícil batirnos.

Cappa: Los entrenadores somos vanidosos. Tú lo sabes, Raúl, pero viendo al Arsenal creo que no podría mejorar nada de ese equipo. En cualquier lugar del campo que cae la pelota hay cuatro jugadores ofreciéndose y así es muy fácil jugar. Yo digo que hay equipos que salvan a los jugadores. Es decir, los jugadores de segunda fila en un buen colectivo destacan.
Raúl: En un buen equipo, todos mejoramos.

Cappa: Hay futbolistas, como es tu caso, que nacen con cualidades innatas. Pero también se parende a jugar. Con el tiempo, cuando uno se acerca a los treinta años y se preocupa por conocer el juego, se mejora como futbolista. Corre con más inteligencia, ve cosas que antes no veía…
Raúl: Si, tienes más experiencia, aprendes dónde te puedes desgastar más… A veces veo que pasan 25 minutos y no hemos hecho ocasiones, así que intento darle la vuelta al partido. Por ejemplo, meto un par de balones en largo para presionar al equipo rival y recuperar el balón… Yo he tenido la suerte y la desgracia de haber jugado muy atrasado en las últimas tres o cuatro temporadas. Por la derecha, por la izquierda…Y claro que aprendes que esas posiciones son muy complicadas. Un interior no puede estar estático. Es obvio. Tiene que moverse, girar, arrancar. Si esperas, tienes al defensa detrás siempre.

Cappa: Eso le pasa a veces a Ronaldinho. Él pide el balón sobre la línea, de espaldas y con un defensa detrás. Así es muy difícil resolver aunque a él suele salirle la jugada porque tiene mucha habilidad.
Raúl: Eso facilita mucho la labor de la defensa. Si se regatea a tres o cuatro, perfecto. Pero es muy difícil que te salga una jugada así porque tienes a todos los defensas por detrás. Si en cambio, Xavi se la da al espacio a Messi ¡te hace polvo!, porque o te define la jugada o se va o te da el pase.

Cappa: Para mí el fútbol es un juego de especialistas. Como pasaba en el barrio, donde unos jugamos de delanteros y otros de defensores. La naturaleza es el primer entrenador que tienes y a la que nadie presiona o censura. Por ejemplo, cuando Saviola marcó al Almería, le gana a los defensores y la gente piensa: “Que suerte ha tenido, se encontró la pelota”. Pero no es así. Saviola marca porque se anticipa a los defensores, que es una cualidad de delantero. El defensa tiene el hábito de mirar primero y cuando arranca ya le ganó Saviola. Tú también has hecho muchos goles de ese estilo.
Raúl: El delantero es hábil siempre y Saviola ya sabía, antes de armar yo la pierna, que iba a chutar. Y estaba atento a eso. Eso no es suerte, es intuición. Es estar atento a todo lo que pasa cerca de la portería rival.

Cappa: Cuando jugaba Hugo Sánchez, yo me preguntaba cómo era posible que definiera al primer toque. Observé que si la pelota venía por la derecha él giraba y se iba al otro lado, y lo hacía durante los 90 minutos. A Romario le preguntaron una vez por su mejor virtud y contestó: “que los defensas nunca me ven”.
Raúl: ¡Qué bueno! Yo me acuerdo de eso en Hugo. Siempre le buscaba la espalda a los defensas porque había muchos partidos que tocaba dos balones, pero eran gol. Estaba todo el partido entrando y saliendo. No era muy habilidoso tocando, pero luego no le veían. Además tenía muy buenos centradores, especialistas en eso.

Cappa: Y otra de las cosas que hacía Hugo era ir al primer palo y, de pronto, cortar e irse al segundo. O al revés. Perdía al defensor de vista y “pin”, gol.
Raúl: Si, lo hacía siempre. Amagaba para un lado y se iba para el otro. Y el defensa se volvía loco. Te sacaba dos metros en diez y eso era mucho. En el fútbol se ha perdido mucho el engaño y la comunicación con el compañero. Yo me acuerdo que con Redondo yo sabía cuando me la iba a pasar. Él sabía siempre dónde estaba yo y dónde echármela. Hacíamos paredes. Ahora cuesta tener esa complicidad con muchso compañeros. Yo sé, por ejemplo, que con Guti tengo una conexión increíble. Llevamos muchos años jugando juntos y sé que aunque no me esté mirando sabe dónde estoy. Con Sneijder también es muy fácil jugar.

Cappa: Piensa rápido...
Raúl: Así es, piensa rápido y en dos días entrenando con él sabes que te ve antes que otros compañeros que por sus características, crees que te la van a echar…y no. Ahora, en el Madrid vamos a tener esa dinámica con los nuevos fichajes. Porque ya son varios los que tienen ese juego. Y los que no lo tienen, se pueden contagiar.

Extraido de la web oficial del Real Madrid, en base a una entrevista realizada por Ángel Cappa para el diario deportivo Marca - 22-09-2007

Saturday, August 11, 2007

¿Quién dirigirá a la selección de Camerún?

Tras las dimisiones consecutivas como seleccionadores de Camerún de Artur Jorge, en marzo de 2006, y del holandés Arie Haan en febrero de este mismo año, ambas por supuestas ingerencias de la federación en su trabajo, los dirigentes de la selección de los “leones indomables” decidieron realizar un concurso para la plaza de manager general del equipo. En lugar de realizar una búsqueda activa del encargado del equipo, invirtieron los papeles. Serían los mismos candidatos quienes se ofrecerían al cargo y, con la lista de posibles, ellos realizarían una criba.
Así, en la página web de la Federación de Fútbol de Camerún se insertó un anuncio de empleo. Se buscaba un entrenador de fútbol titulado, con experiencia internacional, dispuesto a residir en Camerún (uno de los aspectos más polémicos de los últimos seleccionadores, que dirigían el equipo desde el extranjero) y, a ser posible, con nociones de francés e inglés.

El 7 de agosto la página web de la federación camerunesa publicaba una lista con las setenta y ocho candidaturas recibidas, de veintiún países diferentes. Entre ellos, destacan los nombres de Otto Pfister, seleccionador de Togo en el último Mundial, Ángel Cappa, el ex delantero camerunés François Omam Biyik, el ex del PSG Laurent Fournier, Philippe Troussier, que fuera seleccionador de Nigeria, Costa de Marfil y Marruecos, entre otros, Ladislas Lozano, técnico franco-español que llevara al Calais a la final de la copa de Francia ante el Nantes, el mítico Jean-Pierre Papin y el nigeriano Amodu Shaibu, que clasificó a Nigeria para el Mundial 2002. Pero, sobre todos, sorprende la inclusión en la lista de Artur Jorge, que, como ya hemos comentado, dimitió como seleccionador camerunés en marzo de 2006.

Para ver la lista completa, haga click aquí

Saturday, July 21, 2007

"Gracias, pero no volveré"

"Para otra vez será", dijo a los dirigentes cremas. Angel Cappa descartó volver a dirigir a Universitario.

- ¿Qué pasó con la “U”?
- La propuesta de la “U” me atrajo mucho, el cariño que les tengo me hizo tambalear y me tomé un día para pensar, pero esta mañana (ayer) me reuní con una gente que está haciendo negociaciones para comprar un club en España y decidí quedarme. Si se concreta esto me haré cargo de la parte deportiva.

- ¿Estonces demasiado tarde?
- Si me llamaban un mes y medio antes entonces sí aceptaba, pero ahora van dos meses trabajando con esta gente y... Sólo quiero agradecer a la Comisión de Fútbol y los dirigentes (cremas) porque conmigo se han portado de maravilla y me han ofrecido cosas que yo ni soñaba, de dinero, porque yo sé las cifras que se manejan en Perú, y lo que me han ofrecido a mí es muchísimo más y sé que han hecho un esfuerzo muy grande.

- ¿Qué piensa de “Chemo” a la selección?
- Creo que han acertado plenamente esta vez, sólo espero que le permitan trabajar también, que ese es otro tema. Justamente “Chemo” vino a mi casa a ver el partido entre Perú y Uruguay, fíjate qué casualidad.

Extraido del diario El Bocón (Perú) - 21 de julio de 2007

Thursday, July 19, 2007

Técnico argentino Ángel Cappa es candidato número uno para dirigir a la “U”

El recuerdo del último título de la “U” lleva estampado su nombre. Angel Cappa es la primera opción para reemplazar al despedido Nunes y recuperar el linaje de campeón que tanto urgen los cremas.

Luego de un repaso acelerado de las posibilidades por parte de la Comisión de Fútbol crema, cayeron que en el exterior las opciones más claras eran las del estratega argentino que radica en España y la del igualmente ex estratega merengue Carlos Compagnucci, quien sin embargo está imposibilitado por tener un compromiso profesional con las categorías menores de Vélez Sarsfield.

Angel Cappa, que cursó estudios de Filosofía y Psicopedagogía después de jugar en Primera y antes de comenzar a dirigir, estudió para técnico y asistió a Menotti en el Barcelona, Boca Juniors y Peñarol. Codirigió con Valdano el Tenerife y el Real Madrid, para luego asumir en Las Palmas de España, Banfield, Huracán, Racing de Avellaneda y Atlas de México.

Con “Chemo” Del Solar de capitán y caudillo, obtuvo con Universitario el Campeonato Apertura del 2002, a pesar del agudo conflicto entre jugadores y dirigentes, la falta de pago y mil y un penurias, ante las cuales sacó a relucir su sapiencia y don de gente.

Luego de trabajar en Perú recaló en el Mamelodi Sundowns de Sudáfrica y posteriormente retormó su faceta de escritor con el libro “¿Y el fútbol dónde está?”, así como la de comentarista deportivo para los principales medios de comunicación de Europa y Argentina.

Extraido del diario El Bocón (Perú) - 19 de julio de 2007

Saturday, July 14, 2007

El sabor del café

Una vez le preguntaron a Borges para qué sirve la poesía. El maestro se quedó un momento sorprendido. Después, bajó la cabeza buscando una respuesta y, finalmente, dijo: "no lo sé". Y agregó en voz baja: "pero dígame usted, ¿para què sirve el sabor del café?. La gente hace preguntas muy raras", afirmó. A Borges no le gustaba el fútbol y hasta le molestaba esa manifestación multitudinaria de una pasión que le parecía insólita. Por eso, no imaginó que más o menos la misma gente hace la misma pregunta rara acerca del fútbol. ¿Para qué sirve jugar bien -dicen- si lo único que vale es ganar?. Curiosamente, son los mismos que no le encuentran utilidad a la poesía y que jamás repararon en el sabor del café.

Olvidémonos por un momento de la utilidad estrictamente futbolística de jugar bien, de su importancia fundamental para ganar y tratemos de acercarnos a lo que el buen fútbol nos deja en el alma. Primero, es necesario recordar que la sociedad de mercado en la que vivimos convierte en mercancìa a todo, incluida la salud. Que el beneficio económico rápido es el único objetivo, y que tener se confunde con ser. Vivimos sometidos a la ley del dinero, y la envolvente y sutil propaganda ideológica del sistema nos hace soñar con ser ricos y famosos. No hay ningún otro valor que se le pueda comparar.

Pero volvamos al fútbol. El buen fútbol tiene que ver con la belleza. Con un arte espontáneo y efímero que aparece un instante y detiene el tiempo para que lo vivamos con una intensidad capaz de iluminarnos para siempre. El buen fútbol tiene que ver con la ilusión, con la alegría, con la utopía. Es decir, con las ruedas que nos hacen avanzar más plenos, más humanos, sabiendo que es el camino y nada más lo mejor que encontraremos. Ganar es una excusa formidable para jugar. En el juego nos reconocemos y alcanzamos a intuir la felicidad. Ganar nos reafirma, pero jugar nos pone alas, como diría Miguel Hernández. Pero claro, no crean que soy tan iluso, que no entiendo, ¿es posible hablarle de ilusión, de utopía, de juego a quienes sólo les interesa el resultado, a quienes sólo pretenden ser ricos y famosos?
 
Ángel Cappa para "Cappa FC"

Wednesday, July 11, 2007

Cuando la empresa corrompe al fútbol

Si algo quedó claro en el coloquio que el entrenador de fútbol Ángel Cappa y el periodista deportivo Carlos Toro mantuvieron ayer en Aranjuez es que los engranajes y organigramas de las empresas no tienen cabida en un equipo de fútbol.

"Los empresarios que presiden clubes intentan trasladar su filosofía a los equipos, cuando el fútbol no tiene nada que ver con las empresas". Palabra de ex segundo entrenador del Real Madrid y experto y amante de este deporte.

La mesa redonda La globalización en el deporte, dentro del curso Comunicación y Gestión Deportiva, patrocinado por elEconomista y que se imparte esta semana en la Universidad Rey Juan Carlos, se convirtió en un alegato en defensa del deporte, el espectáculo y la diversión. Cappa abrió fuego asegurando que la globalización en el fútbol es "la imposición de un criterio comercial, de la ley del dinero".

El entrenador argentino continuó la primera parte de su exposición en el mismo tono, entre romántico y reivindicativo. A la frase de que "el placer de jugar ha sido reemplazado por la obligación de ganar a cualquier precio" siguió otra igual de deliciosa para más de un presidente de club (o empresario en general): "Antes, era el fútbol el que necesitaba el dinero, pero ahora es el dinero el que controla al fútbol".

No es una empresa

Y ahí es donde reside el error a ojos de Cappa porque el fútbol "no tiene nada que ver con una empresa", a pesar de que los empresarios estén intentando trasladar las filosofías de sus negocios a los grandes equipos de fútbol, donde "el resultado es lo único que importa".

El columnista de El Mundo Carlos Toro dio una explicación un poco más esotérica para explicar por qué el placer del juego se ha sustituido por tener éxitos y un balance positivo al final de cada ejercicio (deportivo).

Convencido, al igual que Cappa, de que gran parte del problema pasa por que muchos presidentes ven los clubes como un tentáculo más de sus negocios, explicó que el empresario "sufre una transformación" cuando se convierte en el máximo responsable de un equipo de fútbol de alto nivel.

"Los palcos se convierten en centros de poder e influencia política -insistió Toro-, y el nuevo presidente sufre una transformación instantánea, siendo capaz de hacer tropelías que no realizaría en sus otras empresas".

La globalizacion en el deporte

Cappa tiene unas ideas muy claras sobre lo que es la globalización en el deporte. Obviamente, el dinero juega un papel fundamental, pero donde también, desgraciadamente, no tiene cabida el respeto por el juego. Los resultados mandan y el que gana "tiene razón y punto".

Y lo que es peor: da la impresión de que el público "se está contagiando", a ojos de Cappa, de esta nueva filosofía deportiva. Carlos Toro advirtió de que la globalización en el deporte ha hecho que desaparezcan las fronteras nacionales y que el mundo "sea muncho más pequeño".

Recordó, siguiendo con el Real Madrid, que su equipo de baloncesto tiene 11 jugadores no nacionales, y que el nuevo patrocinador del equipo de fútbol es una empresa austriaca de apuestas por Internet.

Asumiendo que son las reglas del juego, Toro cree que este "flujo económico puede afectar al componente emocional del deporte". Dicho de otra manera, los deportistas (o futbolistas) de élite se convierte en "mercenarios sentimentales" sin implicación real en las ciudades de donde sean sus equipos.

Por su parte, el periodista José María García aseguró por la mañana que la situación actual de la prensa "está peor" que hace 30 años, y aprovechó para arremeter contra Luis Herrero y Federico Jiménez Losantos.

García afirmó que aún no ha aparecido un proyecto que le ilusione para volver a trabajar, y dijo que "está empezando a ser persona ahora, cuando se han vivido experiencias y se ha madurado".

Extraido del sitio elEconomista.es - 4 de julio de 2007

Tuesday, June 19, 2007

Campeonó el más amarrete

Apuntes finales de una liga poco generosa en buen fútbol.
Terminó la liga en España y a mí me quedaron una serie de apuntes para compartir. No fue un campeonato de buen juego. En general predominaron los partidos mediocres. Y no me refiero tanto a lo que sale sino más bien a las intenciones. Salvo el Barcelona, el Sevilla, el Recreativo y a veces el Zaragoza, los demás tuvieron un defecto común: no quisieron la pelota. Se encuentran más cómodos presionando que jugando.
El Barcelona, que es el que mejor jugó, se llenó de dudas en los momentos cruciales y perdió un torneo que tenía ganado de sobra hace dos meses. Iniesta, uno de sus mejores jugadores, no fue plenamente aceptado hasta el tercio final. Rijkaard probó con tres en el fondo para incrustar --poco menos que a la fuerza-- un volante de contención, porque no le convenció jugar con tres armadores en el medio (Iniesta, Xavi y Deco). Además le faltaron durante demasiado tiempo Eto'o y Messi, dos delanteros irreemplazables.

Del Sevilla lo más destacado es que atacó combinando precisión y velocidad, cosa nada fácil de conseguir. Y tuvo en Dani Alves un jugador sobresaliente en la marca y mucho más en el ataque.

El Real Madrid fue el más flojo de los de arriba. Su juego colectivo fue bastante pobre y solo sobrevivió por la calidad individual y la experiencia de sus jugadores, además de los goles de Van Nistelrooy.

Entre los jugadores, me gustaría destacar a Iván de La Peña. El volante del Espanyol es el mejor para el último pase, ese que deja solo a un compañero y que necesita precisión milimétrica. Formó con Tamudo la pequeña sociedad más eficaz de la liga. David Villa fue otro de los destacados, un delantero que además de gol tiene fútbol y es muy vivo para mostrarse en los metros finales. Gabi Milito jugó a gran nivel en el Zaragoza y Silva, el volante del Valencia, fue una gran revelación por su habilidad y capacidad de lucha. Finalmente, nos quedamos con la capacidad goleadora y la personalidad de Diego Milito.

No es demasiado, en realidad, pero estoy seguro de que nos sirve para seguir soñando.

LOS GOLES DECISIVOS
La sorpresa
Si alguien pensó que el Mallorca iba a ser un rival sencillo, estaba equivocado. El visitante arrancó mejor y, a los 16',Varela remató un gran pase de Arango y puso el 1-0. La liga se puso cuesta arriba.
El empate
El Real Madrid empató gracias a dos suplentes. Higuaín, que entró por Van Nistelrooy, tiró el pase para Reyes, que había sustituido a Beckham. La 'Perla' hizo el gol y puso algo de calma.
El desnivel
Hasta este momento el título era del Barza. Real Madrid insistió y llegó un córner. Diarra cabeceó, la pelota fue contenida por el portero, pero rebotó en un defensa y se metió. Temblor en el Bernabéu.
La victoria
Quedaba tiempo para un gol más y José Antonio Reyes aprovechó la oportunidad para una redención completa. Con su segundo gol, la 'Perla' pasó de jugador cuestionado a héroe de la noche.

Ángel Cappa en el diario El Comercio (Perú) - 18 de junio de 2007

Sunday, June 17, 2007

Un examen para Perú

La Copa América tiene tradición y debemos exigir que estén los mejores

Desde hace muchos años Sudamérica se ha convertido en la fábrica proveedora de sus mejores jugadores al fútbol europeo. La situación económica mundial obliga a nuestros países a asumir ese lamentable papel y a convertir nuestro juego más popular en un gigantesco negocio para una minoría que cambia sentimientos por dinero. Sumas multimillonarias que nunca van a parar a los clubes, muchos de ellos en bancarrota, lo que alimenta la necesidad de seguir vendiendo jugadores y mantener el círculo indefinidamente.

Nuestros hinchas tienen que mirar a sus ídolos por televisión, porque cada vez se van más rápido y algunos ni llegan a jugar en Primera División. Digo todo esto porque la Copa de América tiene que ser nuestra fiesta y tenemos la obligación de defenderla, y exigir que los mejores estén presentes. Que cada equipo reúna, aunque sea por esa única vez, a sus representantes más significativos y podamos disfrutar de nuestro fútbol.

Siento pena cuando algunos de esos jugadores, abrumados por la cantidad de partidos que tienen que jugar para sus clubes, renuncian a su selección, como Ronaldinho y Kaká en Brasil. Nunca vi a ningún jugador europeo hacer lo mismo en la Copa de Europa de naciones.

La cita es ahora en Venezuela, un país donde el fútbol ha avanzado mucho en los últimos años. Brasil y Argentina serán seguramente los candidatos al título por historia y prestigio, pero no están lejos Colombia, Uruguay, México, entre otros.

Yo creo que Perú está en condiciones de meterse en la lucha por los primeros puestos. Cuenta con la garantía de jugadores de primer nivel, como Pizarro, Solano, Farfán, Guerrero, Acasiete, por nombrar a algunos. Le faltaría definir un sistema cuanto antes, y en ese sentido, yo creo, con todo respeto para el técnico Uribe, que lo mejor es no innovar y jugar con cuatro en el fondo por ser un sistema que conocen perfectamente. De ahí en adelante hay muchas variantes para utilizar. Los invito a prepararnos para la alegría, porque --como dijo Borges-- "la esperanza nunca es vana".

Ángel Cappa en el diario El Comercio (Perú) - 11 de junio de 2007

Tuesday, June 5, 2007

A Messi hay que pegarle

Después de la réplica del gol de Maradona a los ingleses en el mundial del '86, que Messi puso en escena frente al Getafe en el Camp Nou, el equipo madrileño se sentió humillado y llegó a la conclusión de que esa jugada habría que haberla interrumpido con falta. En vez de interpretarlo como un desafío a la inteligencia para una próxima vez, se tomó como un insulto al orgullo que era necesario reparar a golpes. Y cuando se volvieron a encontrar estos dos equipos en el mismo escenario del "crimen de Messi", los intérpretes ofendidos utilizaron como sistema bajarlo a Messi y a todo aquél con camiseta azulgrana que intentara jugar en el medio campo. Y como se sabe, eso sólo es posible con la complicidad del árbitro porque el reglamento lo impide muy claramente. Y el árbitro de ese partido fue el cómplice ideal para el plan estratégico del Getafe. Sus jugadores, sin complejo alguno, no perdían el tiempo tratando de recuperar la pelota. Si el rival pasaba cerca, hacían falta y asunto resuelto. Inclusive a Ronaldinho en la jugada donde lo expulsaron por una reacción que no debió tener, su marcador le dio tres patadas consecutivas. Ronaldinho fue afuera y el Barcelona, que intentaba jugar, se quedó con 10 jugadores, y el Getafe que apeló a las infracciones reiteradas, terminó completo.

Estamos siempre soñando con un jugador como Messi, que rompa con los moldes rácanos y especuladores y recobre la alegría de este juego y cuando aparece y dibuja en la cancha una de sus obras de arte, pensamos que hay que pegarle para pararlo. Y el árbitro lo consiente y los periodistas aceptan que el más torpe recurra a la violencia para luchar contra el talento o la habilidad. A veces tengo la impresión de que el fútbol gusta a muy poca gente, y que esa gente poco a poco se va alejando de las canchas para refugiarse en los recuerdos. Y los que que quedan están contentos con la poquedad que les ofrecen, con tal de poder seguir comprando las camisetas de sus ìdolos.

Ángel Cappa para "Cappa FC"

Monday, June 4, 2007

Perú ganó con lo justo

Acasiete, Bazalar, Farfán y Guerrero fueron piezas claves.

No necesitó demasiado Perú para ganarle merecidamente a Ecuador en una calurosa tarde madrileña de fiesta en las tribunas y poco talento en la cancha. Le bastó con la seguridad defensiva de Acasiete en el fondo y el oficio de Bazalar en el medio. Notable lo del volante tapón para recorrer los caminos correctos y llegar siempre a tiempo para cortar y respaldar a su defensa, y muy prolijo con la pelota para la distribución, más inteligente que creativa. Además, el equipo peruano contó con la picardía y eficacia de Farfán, mejor --según mi opinión-- de delantero que de volante, pero con la madurez suficiente como para imponer su jerarquía en cualquier sector del campo. Y también fue válida, finalmente, la movilidad de Guerrero para compilar a una defensa ecuatoriana demasiado desorganizada colectivamente y ofreciendo ventajas poco habituales en los mano a mano.

Se paró Perú con cinco defensores con la intención de que los carrileros ayudaran en el medio y, supongo, llegaran al fondo de vez en cuando. No fue la tarde de Ísmodes y mucho menos la de Hidalgo y por lo tanto se quedó el equipo sin toque en la zona de gestación y con pocos argumentos para llegar a situaciones de gol.

Mendoza mostró una enorme voluntad para ir a todas las pelotas, pero no tuvo fortuna en las contadas ocasiones que se le presentaron. Vargas y Galliquio mejoraron, en el segundo tiempo, las zonas más vulnerables que tenía Perú, aunque tampoco aportaron demasiado en la construcción de las jugadas.

Después del segundo gol, el equipo peruano se refugió en su zona defensiva y le cerró los caminos al jugador que más me impresionó de Ecuador: Christian Benítez. No tanto por lo que concretó sino por lo que dejó entrever. Me pareció un jugador hábil, inteligente en los metros finales, vivo, de gambeta corta y buen disparo, y me dejó la sensación de que pone siempre su habilidad al servicio del equipo. En otras palabras, busca asociarse y no resolver por su cuenta.

Seguro que Perú tiene que mejorar, sobre todo en la tenencia de la pelota y la coordinación defensiva, pero los resultados ayudan y mucho en estos períodos de búsqueda. Además, faltan jugadores de la talla de Pizarro y Solano, por ejemplo, para terminar de armar lo que yo creo puede ser un muy buen equipo.

Ángel Cappa en el diario El Comercio (Perú) - 4 de junio de 2007

Monday, May 28, 2007

¿El que gana es el mejor?

Real Madrid es líder de España, pero por juego el Barcelona se merece más el título.

Al mercado del fútbol no le interesan el juego ni mucho menos el análisis. Como otros mercados permanece indiferente ante cuestiones que no sean el beneficio económico. Por eso en la Liga Española solo se vende la emoción del final apretado y con más razón al estar implicados el Barcelona y especialmente el Madrid, posiblemente el club más vendedor del mundo.

Los mismos diarios deportivos que hace un mes pedían en grandes titulares la dimisión de Capello ahora le buscan méritos donde no los hay y desempolvan el respeto que le habían perdido, porque en la cultura del exitismo la memoria no existe y solo vale el triunfo de hoy. Ahora el Real Madrid es el primero casi con los mismos argumentos que cuando no lo era: un fútbol mediocre que solo se sostiene por el éxito. Quizá tenga más entusiasmo y decisión ante la posibilidad del título, pero le cuesta mucho hacer tres toques seguidos para encontrar claridad en la definición, y defiende tan mal como cuando no ganaba (le hicieron 8 goles en 4 partidos). No obstante, en ese equipo hay jugadores de gran capacidad y experiencia para resolver situaciones que colectivamente resultan imposibles.

El Barcelona, en cambio, alcanza en muchos partidos un nivel de calidad que ninguno de sus adversarios es capaz de igualar. Quizá el Sevilla se aproxime gracias a la precisión en velocidad de sus ataques, particularmente por afuera con Alves y Navas en la derecha y Adriano en la izquierda, y la oportuna definición de Kanouté. El Barcelona es el que mejor juega, inclusive esta temporada que debió soportar lesiones prolongadas en jugadores tan importantes como Eto'o y Messi y quizá la saturación mental de tantos éxitos precedentes.

Cuando su mediocampo entra en la dinámica del toque y la rotación, y los tres de adelante se unen a esa danza casi mágica y le agregan la exquisitez de la inspiración, el fútbol recobra su grandeza y su significado y vuelve a ser la fiesta que los pueblos se dan a sí mismos. No sé quién será el campeón finalmente, pero si no pensamos con la lógica del mercado, habrá que admitir que por juego el Barcelona es el que más se lo merece, ya que cada uno de sus partidos es una promesa de felicidad.

Ángel Cappa en el diario El Comercio (Perú) - 28 de mayo de 2007

Monday, May 21, 2007

¿Cómo que no hay espacios?

No son huecos lo que escasea en fútbol actual, sino creatividad para generarlos.

Una de las formidables excusas utilizadas con mayor frecuencia para justificar el mal juego es que no hay espacios. Dicho sea de paso, también se la menciona como una de las características del fútbol moderno o, mejor dicho, uno de sus progresos.

Sin meternos en honduras filosóficas para tratar de analizar esa idea evolutiva de los grandes espacios antiguos y la estrechez actual, voy a aceptar que, efectivamente, ahora no hay espacios para aprovechar y, por lo tanto, hay menos tiempo para decidir. Pero resulta que este es un juego que consiste precisamente en fabricar espacios y aprovecharlos.

¿Se imaginan a un ajedrecista diciendo que no hay manera de avanzar con sus piezas porque el rival tapa todos los huecos y tiene las suyas muy bien organizadas sobre el tablero? Claro que no hay espacios. ¿Los hay acaso en la NBA, por ejemplo? ¿Por qué creen que mueven el balón esos gigantes habilidosos? Para encontrar los espacios que los rivales les tapan, por supuesto.

¿Qué hace el ajedrecista para descubrir los caminos que llevan al jaque mate? Mueve sus piezas con inteligencia para engañar a su adversario. Ese concepto común a todos los juegos --el engaño-- tenemos que usar para despejar los espacios cerrados en el fútbol. Si tiro pelotazos anunciados desde 30 metros, será muy difícil sorprender a los rivales advertidos. Es mejor usar el toque para distraer. Mover la pelota de un lado al otro, utilizar el ancho del campo hasta encontrar los huecos. Amagar una cosa y hacer la contraria. Para eso se necesita la movilidad y el criterio de quienes no tienen la pelota, para darle opciones al que la lleva. No hay espacios. Admitido. Ahora hay que encontrarlos, descubrirlos. ¿Cómo? Jugando.

Admitamos también que generalmente se hace lo contrario. El fútbol que llaman directo no usa la distracción, no engaña. Y como no hay toque, hay pelotazos o intentos individuales; dos alternativas que llevan al mismo destino: el choque, y a la misma conclusión errónea: no hay espacios. La verdad es que no hay espacios para el que juega mal.

Ángel Cappa en el diario El Comercio (Perú) - 21 de mayo de 2007

Monday, May 14, 2007

El fútbol tras las bambalinas

Beckham es más que un rostro bonito y vendedor, también es un gran futbolista.

El fútbol de mercado lo convirtió en una megaestrella mundial, en una fábrica imparable de hacer dinero, en una imagen capaz de venderles peines a los calvos. El negocio no respeta emociones ni sensibilidades futboleras y aprovechó su cara de pibe lindo y su pinta de galán adolescente para seducir a medio mundo y contar los millones como si fueran monedas. Pero resulta que detrás de ese escenario virtual y luminoso que le prepararon hay un jugador de fútbol, un tipo de barrio como cualquiera que le pega a la pelota como ninguno.

He visto decenas de jugadores con una pegada fabulosa, pero a nadie con la exquisitez y la precisión de Beckham. Y ese jugador que todavía existe detrás de la imagen vendedora se resistió como pudo a la máquina trituradora que es la fama sin reparos, la fama desbocada que lo persigue implacable para atropellarlo definitivamente. Por eso sigue haciendo con gusto lo que más le gusta: jugar al fútbol.

Ahora, en la madurez, ha crecido y ya no vive solo de la pegada asombrosa, sino que participa en la elaboración, abandona el carril derecho para pisar las zonas más calientes del campo rival. Y a cada rato le brota el barrio, que es con quien mejor se entiende, pone la pierna fuerte y no rehúye las miradas feroces de quienes quieren intimidarlo.

No tuvo una estancia feliz en el Real Madrid. Vivió el desconcierto de un club sin proyecto que solo se preocupó del dinero en un principio, y después no se conectó con un estilo rocoso que prefería a los combatientes sobre los talentosos. Y hasta fue puesta en duda su profesionalidad, cuando anunció que al fin cedió a las tentaciones hollywoodenses, antes de seguir viéndose relegado. Recuperó su lugar en la cancha y de censurado pasó a ser fundamental en un equipo que recuperó la ilusión de ser campeón. Con Cicinho --otro que no entraba en los planes-- formó una sociedad de buen fútbol e inteligencia. Un muy buen jugador, David Beckham, que el márketing estuvo a punto de esconder debajo de su imagen cinematográfica.

Ángel Cappa en el diario El Comercio (Perú) - 14 de mayo de 2007