Acasiete, Bazalar, Farfán y Guerrero fueron piezas claves.
No necesitó demasiado Perú para ganarle merecidamente a Ecuador en una calurosa tarde madrileña de fiesta en las tribunas y poco talento en la cancha. Le bastó con la seguridad defensiva de Acasiete en el fondo y el oficio de Bazalar en el medio. Notable lo del volante tapón para recorrer los caminos correctos y llegar siempre a tiempo para cortar y respaldar a su defensa, y muy prolijo con la pelota para la distribución, más inteligente que creativa. Además, el equipo peruano contó con la picardía y eficacia de Farfán, mejor --según mi opinión-- de delantero que de volante, pero con la madurez suficiente como para imponer su jerarquía en cualquier sector del campo. Y también fue válida, finalmente, la movilidad de Guerrero para compilar a una defensa ecuatoriana demasiado desorganizada colectivamente y ofreciendo ventajas poco habituales en los mano a mano.
Se paró Perú con cinco defensores con la intención de que los carrileros ayudaran en el medio y, supongo, llegaran al fondo de vez en cuando. No fue la tarde de Ísmodes y mucho menos la de Hidalgo y por lo tanto se quedó el equipo sin toque en la zona de gestación y con pocos argumentos para llegar a situaciones de gol.
Mendoza mostró una enorme voluntad para ir a todas las pelotas, pero no tuvo fortuna en las contadas ocasiones que se le presentaron. Vargas y Galliquio mejoraron, en el segundo tiempo, las zonas más vulnerables que tenía Perú, aunque tampoco aportaron demasiado en la construcción de las jugadas.
Después del segundo gol, el equipo peruano se refugió en su zona defensiva y le cerró los caminos al jugador que más me impresionó de Ecuador: Christian Benítez. No tanto por lo que concretó sino por lo que dejó entrever. Me pareció un jugador hábil, inteligente en los metros finales, vivo, de gambeta corta y buen disparo, y me dejó la sensación de que pone siempre su habilidad al servicio del equipo. En otras palabras, busca asociarse y no resolver por su cuenta.
Seguro que Perú tiene que mejorar, sobre todo en la tenencia de la pelota y la coordinación defensiva, pero los resultados ayudan y mucho en estos períodos de búsqueda. Además, faltan jugadores de la talla de Pizarro y Solano, por ejemplo, para terminar de armar lo que yo creo puede ser un muy buen equipo.
Ángel Cappa en el diario El Comercio (Perú) - 4 de junio de 2007
No necesitó demasiado Perú para ganarle merecidamente a Ecuador en una calurosa tarde madrileña de fiesta en las tribunas y poco talento en la cancha. Le bastó con la seguridad defensiva de Acasiete en el fondo y el oficio de Bazalar en el medio. Notable lo del volante tapón para recorrer los caminos correctos y llegar siempre a tiempo para cortar y respaldar a su defensa, y muy prolijo con la pelota para la distribución, más inteligente que creativa. Además, el equipo peruano contó con la picardía y eficacia de Farfán, mejor --según mi opinión-- de delantero que de volante, pero con la madurez suficiente como para imponer su jerarquía en cualquier sector del campo. Y también fue válida, finalmente, la movilidad de Guerrero para compilar a una defensa ecuatoriana demasiado desorganizada colectivamente y ofreciendo ventajas poco habituales en los mano a mano.
Se paró Perú con cinco defensores con la intención de que los carrileros ayudaran en el medio y, supongo, llegaran al fondo de vez en cuando. No fue la tarde de Ísmodes y mucho menos la de Hidalgo y por lo tanto se quedó el equipo sin toque en la zona de gestación y con pocos argumentos para llegar a situaciones de gol.
Mendoza mostró una enorme voluntad para ir a todas las pelotas, pero no tuvo fortuna en las contadas ocasiones que se le presentaron. Vargas y Galliquio mejoraron, en el segundo tiempo, las zonas más vulnerables que tenía Perú, aunque tampoco aportaron demasiado en la construcción de las jugadas.
Después del segundo gol, el equipo peruano se refugió en su zona defensiva y le cerró los caminos al jugador que más me impresionó de Ecuador: Christian Benítez. No tanto por lo que concretó sino por lo que dejó entrever. Me pareció un jugador hábil, inteligente en los metros finales, vivo, de gambeta corta y buen disparo, y me dejó la sensación de que pone siempre su habilidad al servicio del equipo. En otras palabras, busca asociarse y no resolver por su cuenta.
Seguro que Perú tiene que mejorar, sobre todo en la tenencia de la pelota y la coordinación defensiva, pero los resultados ayudan y mucho en estos períodos de búsqueda. Además, faltan jugadores de la talla de Pizarro y Solano, por ejemplo, para terminar de armar lo que yo creo puede ser un muy buen equipo.
Ángel Cappa en el diario El Comercio (Perú) - 4 de junio de 2007
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