Después de la réplica del gol de Maradona a los ingleses en el mundial del '86, que Messi puso en escena frente al Getafe en el Camp Nou, el equipo madrileño se sentió humillado y llegó a la conclusión de que esa jugada habría que haberla interrumpido con falta. En vez de interpretarlo como un desafío a la inteligencia para una próxima vez, se tomó como un insulto al orgullo que era necesario reparar a golpes. Y cuando se volvieron a encontrar estos dos equipos en el mismo escenario del "crimen de Messi", los intérpretes ofendidos utilizaron como sistema bajarlo a Messi y a todo aquél con camiseta azulgrana que intentara jugar en el medio campo. Y como se sabe, eso sólo es posible con la complicidad del árbitro porque el reglamento lo impide muy claramente. Y el árbitro de ese partido fue el cómplice ideal para el plan estratégico del Getafe. Sus jugadores, sin complejo alguno, no perdían el tiempo tratando de recuperar la pelota. Si el rival pasaba cerca, hacían falta y asunto resuelto. Inclusive a Ronaldinho en la jugada donde lo expulsaron por una reacción que no debió tener, su marcador le dio tres patadas consecutivas. Ronaldinho fue afuera y el Barcelona, que intentaba jugar, se quedó con 10 jugadores, y el Getafe que apeló a las infracciones reiteradas, terminó completo.
Estamos siempre soñando con un jugador como Messi, que rompa con los moldes rácanos y especuladores y recobre la alegría de este juego y cuando aparece y dibuja en la cancha una de sus obras de arte, pensamos que hay que pegarle para pararlo. Y el árbitro lo consiente y los periodistas aceptan que el más torpe recurra a la violencia para luchar contra el talento o la habilidad. A veces tengo la impresión de que el fútbol gusta a muy poca gente, y que esa gente poco a poco se va alejando de las canchas para refugiarse en los recuerdos. Y los que que quedan están contentos con la poquedad que les ofrecen, con tal de poder seguir comprando las camisetas de sus ìdolos.
Ángel Cappa para "Cappa FC"
Estamos siempre soñando con un jugador como Messi, que rompa con los moldes rácanos y especuladores y recobre la alegría de este juego y cuando aparece y dibuja en la cancha una de sus obras de arte, pensamos que hay que pegarle para pararlo. Y el árbitro lo consiente y los periodistas aceptan que el más torpe recurra a la violencia para luchar contra el talento o la habilidad. A veces tengo la impresión de que el fútbol gusta a muy poca gente, y que esa gente poco a poco se va alejando de las canchas para refugiarse en los recuerdos. Y los que que quedan están contentos con la poquedad que les ofrecen, con tal de poder seguir comprando las camisetas de sus ìdolos.
Ángel Cappa para "Cappa FC"
1 comment:
Es una lástima que los jugadores del Getafe la emprendieran a patadas con los delanteros del Barcelona, teniendo en cuenta que Bernd Schuster es un entrenador que se distingue hasta el momento por su gusto por el buen fútbol. Ya hizo jugar muy bien al Levante y ahora hace lo propio con el equipo azulón. Y esto es meritorio; no todos tendrían las narices -y el talento- de pretender hacer buen fútbol en equipos tan humildes.
Espero que reconozca su error y que nunca más insinúe que sus jugadores deben parar a los adversarios con artes marciales.
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