Cuando en su primer clásico, frente al Real Madrid en el Bernabéu, el 'Kun' Agüero intentó la sutileza de un sombrero ante Casillas casi al final del partido que perdió su equipo, el Atlético de Madrid, le cayó el mundo encima. Las críticas fueron las habituales en estos casos, referidas a la obligación de acudir a lo seguro y no arriesgar en otro tipo de acciones más vistosas.
Y como también es habitual en estos casos, las críticas estaban basadas en la ignorancia y el miedo. Ignorancia de las cualidades de Agüero y la relación entre la genialidad y la eficacia, y el miedo al riesgo que el fútbol actual lleva marcado como una seña de identidad.
El 'Kun' Agüero es un jugador de apariciones, es decir juega a golpe de inspiración. No es un jugador que intervenga permanentemente. Y como no se puede ser genial en cada balón que se toca, a veces su aporte no es tan brillante como se espera. No obstante está aprendiendo cosas. Nos olvidamos con frecuencia que se trata de un chico de 19 años que está en pleno proceso de aprendizaje, aunque el periodismo, tan ávido de ídolos que ayuden a vender más, lo haya presentado en España como una estrella consolidada.
Decía que está aprendiendo, por ejemplo, a ganarse un espacio para recibir libre. Cuando llegó, jugaba de espaldas a la portería contraria con un rival soplándole la nuca, y le resultaba mucho más difícil hacerse con la pelota. Ahora sus compañeros lo encuentran con más facilidad y Agüero solo necesita un metro y dos segundos para jugar con ventaja. La ventaja que le dan su enorme capacidad de improvisación, su gambeta corta, su arranque y freno en medio metro, su toque preciso e imprevisto y el gol que tiene entre ceja y ceja.
Ya no recibe críticas. Hasta los técnicos rivales dicen que verlo es como ir al museo del Prado. En los años 70 hubo una corriente cientificista que a todo lo quería medir y razonar. Igual que ahora. Pero en aquella época apareció Cruyff y les rompió los esquemas. Ahora tipos como Messi, Iniesta, Agüero, Fábregas, Rooney, entre otros muchos, vuelven a poner la ciencia en el lugar que le corresponde. Que no es el fútbol, precisamente.
Y como también es habitual en estos casos, las críticas estaban basadas en la ignorancia y el miedo. Ignorancia de las cualidades de Agüero y la relación entre la genialidad y la eficacia, y el miedo al riesgo que el fútbol actual lleva marcado como una seña de identidad.
El 'Kun' Agüero es un jugador de apariciones, es decir juega a golpe de inspiración. No es un jugador que intervenga permanentemente. Y como no se puede ser genial en cada balón que se toca, a veces su aporte no es tan brillante como se espera. No obstante está aprendiendo cosas. Nos olvidamos con frecuencia que se trata de un chico de 19 años que está en pleno proceso de aprendizaje, aunque el periodismo, tan ávido de ídolos que ayuden a vender más, lo haya presentado en España como una estrella consolidada.
Decía que está aprendiendo, por ejemplo, a ganarse un espacio para recibir libre. Cuando llegó, jugaba de espaldas a la portería contraria con un rival soplándole la nuca, y le resultaba mucho más difícil hacerse con la pelota. Ahora sus compañeros lo encuentran con más facilidad y Agüero solo necesita un metro y dos segundos para jugar con ventaja. La ventaja que le dan su enorme capacidad de improvisación, su gambeta corta, su arranque y freno en medio metro, su toque preciso e imprevisto y el gol que tiene entre ceja y ceja.
Ya no recibe críticas. Hasta los técnicos rivales dicen que verlo es como ir al museo del Prado. En los años 70 hubo una corriente cientificista que a todo lo quería medir y razonar. Igual que ahora. Pero en aquella época apareció Cruyff y les rompió los esquemas. Ahora tipos como Messi, Iniesta, Agüero, Fábregas, Rooney, entre otros muchos, vuelven a poner la ciencia en el lugar que le corresponde. Que no es el fútbol, precisamente.
Ángel Cappa para El Comercio (Perú) - 29 de octubre de 2007
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