Tuesday, November 11, 2008

Demonios, Angelito

Angel Cappa tuvo un redebut extraño (había dirigido al Globo en la BN 86-87). En el primer tiempo se sintió en sus sueños más dulces y, seguro que íntimamente, se preguntó por qué lo habían contratado, si este equipo puede hacer esos 45' y ganarle 3-0 a River en el Monumental. Claro que Angelito entendió a qué vino cuando en el segundo tiempo Huracán se pareció mucho al equipo de Ubeda y poco al de Jesús Martínez, el interino que levantó al equipo. Lo concreto es que, por ahora, la mano del nuevo entrenador se vio sólo en la apuesta por Javier Pastore, de lo mejor del Globo en el Monumental.

Cappa, con su tranquilidad habitual, casi no dio indicaciones y él explicó los motivos de su quietud. "Me paré a dar una indicación pero no tiene sentido porque los jugadores no escuchan", se resignó. Y luego hizo un análisis de este raro partido más como un espectador que como el técnico del equipo al que le empataron un juego increíble. "En el segundo tiempo River sacó a relucir todo el orgullo. Yo lo vi bien a mi equipo, pero en el vestuario la sensación fue que habíamos perdido".

El técnico de 62 años, que tuvo como ayudante de campo a Fatiga Russo, trató de explicar los cambios. "Las modificaciones fueron todos por imprevistos. Barrientos salió con un esguince en la rodilla derecha. Pastore, con un fuerte golpe en el tobillo derecho. Y César González estaba un poco cansado". Y rápido fue al hueso, al resultado. "Los méritos son de River. Los equipos grandes nunca se dan por vencidos y por eso felicito a sus jugadores por lo que dieron en la segunda parte. Cuando River hizo el primer gol de tiro libre, los jugadores de ellos se dieron cuenta de que podían ir por más".

Angel, que saludó con mucho afecto a Simeone antes de comenzar el clásico, también habló de lo que hizo su equipo. "Huracán jugó un tiempo muy bueno. Para mí fue todo un descubrimiento ver el primer partido de mis jugadores. Me voy con una buena impresión", dijo a pesar del 3-3.

¿Sueño o pesadilla?

Fuente: Diario Olé - 10 de noviembre de 2008

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