Saturday, November 15, 2008

"Así, perdemos los espejos"


Sueña un Huracán mejor. Y le duele lo rápido que se van del país los jugadores más destacados.

Angel Cappa no volvió a la Argentina por azar o por la tentación de una oferta económica relevante. Llegó acá, luego de cinco años sin dirigir en el país, impulsado por lo de siempre: auténtica pasión futbolera. Se le nota el entusiasmo. Lo primero que hizo al llegar fue hacer un doble turno, en ambos con la pelota en el medio. Lo segundo fue armar un equipo sin inhibiciones para ir al Monumental. Lo tercero resultó un primer tiempo para la historia ante River. Lo cuarto es ahora lo más importante: desdramatizar un fútbol repleto de histéricos, llorones y ventajeros. Le dice a Clarín: "Estoy acá para disfrutar esto. No me gusta que el fútbol sea un drama como se lo presenta ahora. Como si el que perdiera se tuviera que matar... Es una locura absoluta. Al contrario: creo que el fútbol debe ser todo lo contrario: un camino, una excusa para ser feliz".

¿Por qué le dijo sí a Huracán?

Me pareció una llamada atractiva, ser el técnico del club en el año de su centenario. Siempre seduce la idea de volver al fútbol argentino.

¿Con qué se encontró? ¿Qué cambió desde su último paso?

Es muy pronto para hacer una evaluación de eso.

¿Cuál fue la primera impresión, entonces?

Me encontré con un plantel con intenciones de progresar. Y para eso estamos, para crecer. Para tratar de acercarnos a lo que fue Huracán en algún tiempo.

¿Cómo fue posible ese primer tiempo en el Monumental: Huracán parecía el Real Madrid?

(Se ríe) No sé si tanto... Pero cuando el jugador de fútbol es invitado a expresar lo que siente puede suceder algo así. Eso, y comprender que el rival no estaba bien. Pero también es cierto que River luego nos superó a través de su búsqueda, metiendo la pelota en el área. Y ahí no tuvimos respuestas. Pero considero que pudimos haber ganado.

¿Qué espera de esta experiencia en Huracán?

Armar un equipo competitivo, sobre todo para poder expresarlo bien en el torneo que viene. Ni digo salir campeones, pero sí un equipo que mejore, que protagonice, que interprete el sentimiento del hincha.

¿Y con qué cuenta para eso?

Con este plantel y con una esperanza grande.

¿Cómo vivía el fútbol argentino a la distancia, desde Madrid?

De todas las maneras: por la televisión, por Internet, por las charlas con amigos.

¿Y qué sensación le ofrecía?

Me da una tristeza enorme que se vayan todos los jugadores todo el tiempo. El fútbol argentino pierde los espejos todo el tiempo. Cualquier jugador destacado no dura más de una temporada. Y encima se los llevan cada vez más chicos, hasta de 12 años. En definitiva, se trata de una vidriera para los grandes centros de poder.

Y ese fenómeno repercute inevitablemente en la calidad del juego, del torneo local...

Por supuesto. Yo siempre que me preguntan en España les pongo el siguiente ejemplo: "Prueben de sacar a sus 100 mejores jugadores cada año y no contraten extranjeros. Después me cuentan qué tal se juega en la Liga".

¿Qué le parece la llegada de Maradona a la Selección?

Es, sobre todo, una esperanza de buen juego. Uno siempre piensa en el fútbol que él jugaba y su llegada no puede significar otra cosa. El representa la esencia del fútbol argentino, nuestro juego.

¿Qué jugadores merecen gastarse medio sueldo en una entrada a la platea?

Una vez le pregunté a Di Stéfano quién era el mejor futbolista y me respondió: "Tendría que mencionar a 30 o a 40". Creo que ahora sucede lo mismo. Pero puede decir sin equivocamente que en esa lista deben estar Iniesta, Fabregas, Xavi, Messi, Cristiano Ronaldo, Rooney... Y, por supuesto, Riquelme también.

Fuente: Diario Clarín - 15 de noviembre de 2008

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