Estudiantes, sin Juan Sebastián Verón, goleó al actual subcampeón Huracán por 4-1, en Parque de los Patricios, y se mantuvo en la vanguardia del Torneo Apertura, comenzada esta noche la quinta fecha. Los goles del último campeón de la Copa Libertadores los anotaron el uruguayo Juan Manuel Salgueiro, Mauro Boselli, Enzo Pérez y Maximiliano Núñez. Patricio Toranzo puso el 1-2 parcial para el Globo.
La derrota de Huracán tuvo dos atenuantes: el estado del campo de juego por la lluvia, que atentó contra su filosofía de juego, y la categoría de un rival con una estructura armada y conservada en el tiempo.
Esa gran diferencia le permitió a los visitantes tomar una ventaja de dos goles antes del descanso cuando el local dominaba el desarrollo e imponía su ritmo de juego en el partido.
El primero llegó después de una pelota que peinó Boselli en tres cuartos de cancha y Salgueiro definió por encima de Gastón Monzón, tras una falla de Eduardo Domínguez (se cayó en el retroceso defensivo).
Y el segundo fue producto de un contraataque perfecto que inició y culminó Boselli con un derechazo, en una jugada de la que también participaron Marcelo Carrusca y Enzo Pérez.
Huracán tuvo buenas intenciones, buscó el progreso en la cancha a través del toque corto pero se diluyó en los últimos metros ante la falta de un atacante con presencia amenazante.
Toranzo, de buen trabajo al igual que Mario Bolatti, generó una luz de esperanza cuando descontó con un misil sobre el arco de Albil. Entre ese tanto y el tercero de la visita, el equipo de Cappa coqueteó con el empate frente a un rival decidido a liquidarlo en una réplica.
La igualdad pudo llegar a través de un penal de Clemente Rodríguez sobre Toranzo no sancionado por Juan Pablo Pompei o con un nuevo disparo de media distancia del mismo jugador que Albil rebotó peligrosamente al corazón del área, a los 26.
Pero el suspenso se terminó cuando Estudiantes pudo armar una contra, magistralmente definida por Pérez dentro del área con enganche y toque sutil. El resto del partido sirvió para que el campeón de América se luciera bajo la lluvia y redondeara la goleada con el aporte del ingresado Núñez.
Fuente: Clarín
La derrota de Huracán tuvo dos atenuantes: el estado del campo de juego por la lluvia, que atentó contra su filosofía de juego, y la categoría de un rival con una estructura armada y conservada en el tiempo.
Esa gran diferencia le permitió a los visitantes tomar una ventaja de dos goles antes del descanso cuando el local dominaba el desarrollo e imponía su ritmo de juego en el partido.
El primero llegó después de una pelota que peinó Boselli en tres cuartos de cancha y Salgueiro definió por encima de Gastón Monzón, tras una falla de Eduardo Domínguez (se cayó en el retroceso defensivo).
Y el segundo fue producto de un contraataque perfecto que inició y culminó Boselli con un derechazo, en una jugada de la que también participaron Marcelo Carrusca y Enzo Pérez.
Huracán tuvo buenas intenciones, buscó el progreso en la cancha a través del toque corto pero se diluyó en los últimos metros ante la falta de un atacante con presencia amenazante.
Toranzo, de buen trabajo al igual que Mario Bolatti, generó una luz de esperanza cuando descontó con un misil sobre el arco de Albil. Entre ese tanto y el tercero de la visita, el equipo de Cappa coqueteó con el empate frente a un rival decidido a liquidarlo en una réplica.
La igualdad pudo llegar a través de un penal de Clemente Rodríguez sobre Toranzo no sancionado por Juan Pablo Pompei o con un nuevo disparo de media distancia del mismo jugador que Albil rebotó peligrosamente al corazón del área, a los 26.
Pero el suspenso se terminó cuando Estudiantes pudo armar una contra, magistralmente definida por Pérez dentro del área con enganche y toque sutil. El resto del partido sirvió para que el campeón de América se luciera bajo la lluvia y redondeara la goleada con el aporte del ingresado Núñez.
Fuente: Clarín