Wednesday, March 11, 2009

Huracán 2 - Gimnasia de Jujuy 1

Las propuestas marcan el destino. El de Huracán y el de los jujeños. El equipo de Angel Cappa, como pocos, intenta jugar a la pelota. Por momentos, es cierto, se excede en el tiqui tiqui y carece de profundidad; pero vale que siempre intenta exponer argumentos saludables. Todo lo contrario ocurre con Gimnasia: anda a la deriva, sin alma, sin fútbol, hace 27 partidos que no gana de visitante, está último en la tabla de los promedios y desde hoy es muy factible tenga que salir a buscarle un reemplazante a Omar Labruna. Ayer a la tarde, en el Tomás A. Ducó y bajo un diluvio, sin sobrarle nada en el resultado pero con una diferencia abismal en el juego, el local se impuso por 2 a 1 y así se recuperó de dos derrotas seguidas y ahora más que nunca multiplica sus ilusiones.

Extrañamente, el gol de Desvaux de cabeza en el primer avance medianamente serio de Gimnasia (12 minutos) le jugó en contra. Porque la visita se metió tan atrás que le resolvió a su rival la mitad del problema. Huracán iba pero se repetía. Sus movimientos ofensivos eran muy previsibles. Y a eso se le sumaban los nervios y los errores conceptuales. Iba poquito por afuera y mucho por adentro. Eso le simplificó las cosas a la defensa jujeña. Javier Pastore y Matías De Federico jamás fueron claros y el venezolano César González alternaba una buena con una regular.

Después de la primera media hora, Huracán advirtió que había otra vía que no fuera entrar por abajo. Entonces, comenzaron a llover los centros en el área de Gastón Pezzuti, de un lado (Araujo por derecha) y del otro (Arano por la izquierda). Casi convierte de cabeza pero la base del palo izquierdo le dijo no a Nieto. Y, al ratito nomás, González tocó para Carlos Arano, quien mandó un centro preciso para la cabeza de Nieto que esta vez sí acertó a la red.

El empate envalentonó más a Huracán y se lo llevó por delante a Gimnasia. Las situaciones de gol, en el cierre de la primera parte, fueron apareciendo. De Federico remató alto. Y Loeschbor, casi en la línea, salvó dos veces a su arco.
Pese a los cambios (ingresaron Ricardo Gómez y Arraya), el equipo de Labruna siguió tan apático como vulnerable. Para colmo, después de mil errores el capitán Paolo Goltz puso el 2 a 1.

Huracán se tranquilizó, se plantó firme en el medio. Creció la figura de Mario Bolatti y se dedicó a consumir los minutos. Es cierto que pasó algunos sobresaltos aislados: el arquerito Gastón Monzón se tuvo que esforzar para sacar un cabezazo de pique al suelo de Calandria, Juan Arraya no llegó a empujar un centro de Gómez y Héctor Desvaux cabeceó otra vez pero la pelota se fue por arriba del travesaño.
De todas maneras, y salvo la imagen del final, en la que Pezzuti fue a buscar un córner, la sensación era que a Huracán no se le podía escapar por nada del mundo el triunfo. Por la propuesta futbolística, por lo que puso, por la actitud y porque no le tuvo piedad a un equipo que a 14 jornadas del final parece estar casi condenado a dejar la categoría VIP.

Fuente: Diario Clarín

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