Soy un futbolero apasionado. La gente de mi calaña detesta a los forofos y defiende sobre todas las cosas el buen fútbol.
Ésta es, precisamente, la "misión" que, en cierto sentido, viene realizando Ángel Cappa desde hace ya bastantes años. Y los futboleros empedernidos como yo necesitamos -quizás todos los aficionados lo necesiten- a gente como Ángel. Gente que aún cree, por encima de colores y camisetas, que la emoción es la meta a conseguir con esto de darle patadas al balón.
Porque el fútbol es, aunque piensen ustedes que exagero, como el amor, como un buen libro, como una gran película, como las charlas nocturnas entre amigos...
Pero, maldita sea, ahora sólo prima el negocio, el mercado y la venta, el rugido del más troglodita de los forofos, las "estadísticas", los números, lo prosaico... Qué pena, coño, qué pena.
A mí se me erizan los pelos recordando los goles de Maradona; me entusiasmo cuando algún jugador tira una pared; me nvalentono cuando veo que un entrenador es valiente y pasa de los medios tapón; me río como un loco cuando veo que el talento se impone a la racanería... Diablos, ¿soy tan raro...?
Sí, necesitamos a gente como Ángel Cappa. La necesitamos como el comer.
Por eso me alegro de que exista este excelente blog.
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Soy un futbolero apasionado. La gente de mi calaña detesta a los forofos y defiende sobre todas las cosas el buen fútbol.
Ésta es, precisamente, la "misión" que, en cierto sentido, viene realizando Ángel Cappa desde hace ya bastantes años. Y los futboleros empedernidos como yo necesitamos -quizás todos los aficionados lo necesiten- a gente como Ángel. Gente que aún cree, por encima de colores y camisetas, que la emoción es la meta a conseguir con esto de darle patadas al balón.
Porque el fútbol es, aunque piensen ustedes que exagero, como el amor, como un buen libro, como una gran película, como las charlas nocturnas entre amigos...
Pero, maldita sea, ahora sólo prima el negocio, el mercado y la venta, el rugido del más troglodita de los forofos, las "estadísticas", los números, lo prosaico... Qué pena, coño, qué pena.
A mí se me erizan los pelos recordando los goles de Maradona; me entusiasmo cuando algún jugador tira una pared; me nvalentono cuando veo que un entrenador es valiente y pasa de los medios tapón; me río como un loco cuando veo que el talento se impone a la racanería... Diablos, ¿soy tan raro...?
Sí, necesitamos a gente como Ángel Cappa. La necesitamos como el comer.
Por eso me alegro de que exista este excelente blog.
Enhorabuena.
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